TLAXCALA, México.- Habituados ya al alto nivel de vida de las personalidades de y cercanas al régimen cubano, nada debe asombrar los lujos que ostenta la novia de Sandro Castro, nieto de Fidel.
Laura Daniela Álvarez no se oculta ni apela a la humildad a la hora de presentarse como pareja del joven Castro. En sus redes sociales, públicas, muestra abiertamente sus joyas y otros objetos nada accesibles para el más común de los cubanos, que apenas sobrevive a la inflación con su salario de un trabajo estatal.
Sin remordimientos, la joven aparece frecuentemente en sesiones de spa, citas con estilistas, salidas a restaurantes y viajes a visitar a su hermana, que reside en Uruguay.
Pero esto es solo un resquicio de toda una vida de comodidades que debe llevar Laura Daniela, que puede adquirir auténticos lentes de sol Prada, valorados en 600 USD (171 mil pesos cubanos al cambio actual).
De joyas y otros lujos
Graduada de la carrera de Veterinaria y de un curso de estilismo de pestañas, según se aprecia en sus redes, Laura Daniela tiene todo un arsenal de joyas, entre las que destacan las marcas Pandora y Tous.
Sus manos lucen dos pulseras Pandora, que tienen un costo mínimo de 65 dólares en el sitio oficial de la joyería. Están, además, cargadas de dijes o charms, que tienen un costo promedio de 52 dólares cada uno.
De su níveo cuello penden a veces uno, a veces dos collares, uno de Pandora y otro de Tous. Muchas fotos exhiben la cadena con el osito de plata representativo de Tous, que llega a valer unos 100 dólares.
También, al parecer, gusta de olores excelsos, y para ello se ha provisto de lujosas fragancias de encumbradas marcas.
Caras fragancias
En la repisa de su baño, donde suele retratar a su gato Michi, figuran incontables perfumes, colonias, aceites corporales y brochas para maquillaje.
Entre las que se pueden identificar sobresale un Miss Dior, que en la página de venta de la marca se puede comprar a 170 dólares aproximadamente.
Cheers Again, de Victoria’s Secret, quizás sea lo menos costoso de su baño, a unos 12 dólares. La fragancia, que recuerda “a las notas festivas de flores escarchadas, frutos rojos de invierno y espíritu navideño”, es una edición limitada de una “bruma perfumada” corporal.
A tono con el osito de su joyería, en el baño conserva un agua de colonia Tous, valorada en 110 USD.
El cuidado personal
De cómo Laura Daniela gestiona su tiempo para estudiar una carrera universitaria, tener una activa vida social y dedicarle tiempo a su cuidado personal, no sabemos nada.
La joven, que presume una esbelta figura, acude al exclusivo gimnasio BodyLuxe.
En este, su entrenador personal, Max Mencaglia, de origen italiano, le ofrece dedicación exclusiva.
De acuerdo con la descripción del lugar, el también nutricionista y coach emocional entrena solo una persona por hora y ha atendido a artistas e influencers cubanos que pueden costear su servicio.
Sus días de spa y embellecimiento los divide entre el negocio de Beauline Cosmetics, en el Vedado, y el Spa Santai, en la calle M, entre 19 y 21, también en esa barriada habanera.
Hemos constatado que, al menos una vez al mes, la estudiante disfruta de un día de embellecimiento, con tratamientos de extensiones de pestañas, depilación de cejas, e hidratación labial con ácido hialurónico en manos de profesionales.
No faltan, claro está, las mascarillas faciales y los Baby Glow para un rejuvenecimiento que la hará ver más joven de lo que es.
Tampoco carece de cuidado capilar y para ello asiste a Donde Dorian, en avenida 51, entre 56 y 58, en Playa.
El placer de la comida
La novia de Sandro Castro goza, claro está, de salidas a restaurantes y de asiduas visitas al Bar EFE, regentado por el nieto de Fidel Castro.
Como figura pública que es, no ha dejado de mostrar en redes sociales que ha cenado en lugares donde, claro está, el cubano de a pie no puede comer.
El restaurante Sensaciones, sito en calle 70, esquina novena, en el municipio Playa, fue uno de los más recientes donde Laura Daniela pudo degustar platillos.
En una historia de Instagram mostró una entrada de carpaccio de ternera, que en el menú del sitio cuesta 2.500 pesos cubanos, poco más que el salario mínimo de la Isla (2.1000 CUP).
Asimismo se ha fotografiado en El Laurel, ubicado entre 260 y 262, en Santa Fe. Se trata de un restaurante con precios relativamente más baratos que el anterior, aunque el salario medio de 3.838 pesos cubanos al mes solo alcanzaría para un entrante y alguno de los platos principales.
El Laurel, negocio privado, es un local expropiado a un cubano que ahora reside en Estados Unidos. El sitio pasó a ser propiedad de un alto militar y es uno de los restaurantes que la pareja Laura Daniela y Sandro frecuentan.
También se ha declarado amante de la cocina italiana, pues ha dicho que su paladar favorita es Marechiaro cucina italiana e pizzeria napoletana, donde una pizza llega a costar 3.000 pesos. “A las personas buenas le pasan cosas buenas”, dijo en el post donde mostró su estancia allí.
“Es complicado, la verdad”
Una vez, en una sesión de “lluvia” de cuestiones en Instagram, alguien lanzó: “¿Cómo convives con la polémica que algunos crean sobre Sandro por ser quien es, lo has visto sufrir por ello?”.
“Es complicado la verdad, muchas cosas que se hablan son falsas, pero es algo a lo que hemos aprendido a convivir”, respondió en esa ocasión.
¿Sufre ella, junto a Sandro, por llevar una vida como pocos en Cuba?
Sin ocultarlo y, quizás, sin mostrar remordimiento, Laura Daniela gasta en un día mucho más de lo que un cubano llega a ganar en un mes.
Sus privilegios y los de su novio los alejan cada vez más del pueblo que esa cúpula del poder a la que pertenecen dice representar.
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