MIAMI, Florida, 29 de diciembre de 2012, Redacción, 173.203.82.38.- Ángel Carromero, el dirigente de Nuevas Generaciones del PP sentenciado en Cuba a cuatro años de cárcel por el accidente que costó la vida a los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero, ingresó en el centro penitenciario de Segovia, al que llegó sobre 14:20 (hora española) a bordo de un vehículo, informa EFE.
Acompañado de otros dos coches, todos ellos policiales aunque sin distintivos, la caravana de los tres vehículos llegó al recinto penitenciario en un momento en el que había cesado la lluvia, que ha estado cayendo durante toda la mañana, ante la presencia de una unidad de televisión y un par de periodistas.
Carromero ,a quien en la foto de EFE se le ve cansado pero feliz, aterrizó en el aeropuerto madrileño al mediodía en un avión de línea regular de Air Europa, procedente de la Habana, en el que también ha sido trasladado el alicantino Miguel Vives Cutillas, de 48 años, que fue condenado en Cuba hace 4 años a 18 de prisión por tráfico de drogas.
Ambos han viajado custodiados por cuatro agentes españoles de Interpol, que se habían desplazado a La Habana el pasado miércoles para hacerse cargo del traslado.
A su llegada a Madrid, el joven político fue recogido a pie de avión por agentes del Cuerpo Nacional de Policía destacados en el Grupo de Fronteras de Barajas, que le llevaron a la comisaria de la Terminal 1.
Allí se cumplimentó el «papeleo necesario» para poder trasladarlo a la cárcel de Segovia, a donde, en un principio, iba a ser conducido por agentes de la Guardia Civil, aunque finalmente esta misión ha recaído en manos de la Policía.
Según las previsiones, a su llegada a la prisión de Segovia Carromero será sometido al «protocolo habitual» de ingreso en prisión, es decir, se tomarán sus huellas y filiación y será conducido al módulo de enfermería para su revisión médica donde se le practicarán los análisis físicos y reconocimientos que son obligatorios para cualquier penado, una vez remitido el mandamiento de prisión.
Cuba a veces no es Occidente
Termina así un delicado proceso de repatriación en el que tomaron parte los dos gobiernos y, con mucha discreción ante la prensa el canciller español José Manuel García-Margallo, encargado de las negociaciones con La Habana sin haber viajado a la isla.
Desde un principio en el que Carromero manifestó, suplicó, en un video que lo sacaran de allí (de Cuba, se refiere), el gobierno español se centró en la extradición y para ello agotó todos los recursos legales e internacionales con que contaba para el caso.
El representante de la defensa, por la parte española, José María Viñals, indica hoy en una entrevista con El País que su cliente tuvo un juicio justo dentro de las normativas de la legalidad cubana, pero que, desde la perspectiva occidental, se hubiera trabajado de otra manera, dejando ver que Cuba, aunque sea un país occidental, muchas veces no actúa como tal.
Viñals, director de Operaciones Internacionales del despacho Lupicinio Abogados, reconoce abiertamente la posibilidad de que el joven político haya sido coaccionado en un principio, auto-inculpándose a través de un vídeo. “Eso fue antes de que nos designase como abogados, cuando no tenía a nadie que le pudiera asesorar, no sabemos hasta qué punto se pudo sentir libre… luego no hubo más vídeos”, dijo el abogado español.
La defensa no recurrió la sentencia. ¿Estaba conforme con los cuatro años de cárcel?, pregunta El País.
“Teníamos motivos para presentar un recurso de casación ante el Supremo cubano y así lo hicimos constar en la vista. La decisión de no recurrir la toma el propio Ángel. Entendimos que, por encima de una batalla legal de duración desconocida, preferíamos agilizar los trámites de retorno a España por la vía de la expulsión o del convenio de cumplimiento de condena (en territorio español) de 1998, como así ha sido”.
¿Cuál fue la causa del accidente?
“Tal como declaró en el juicio, él piensa que iba a una velocidad de cerca de 90 kilómetros por hora cuando pierde el control del coche. No hemos podido reconstruir los hechos –dijo el letrado- porque no hemos tenido acceso al vehículo ni a las demás pruebas”.