SANTIAGO DE CUBA. – Los tumultos, la suciedad, el desorden, los aires acondicionados rotos, el bufé agotado y las largas colas están a la orden del día en el Hotel Costa Verde en Holguín, a pocos días desde su reapertura tras las medidas de confinamiento por la pandemia de COVID-19.
La instalación reabrió el pasado 15 de julio para el turismo nacional e inmediatamente después sus clientes comenzaron a publicar sus críticas en redes sociales.
La internauta Patricia Piñeiro y su familia fueron algunos de los turistas locales insatisfechos. Tres días después de la reinauguración, el día 18, estuvieron en el hotel por algunas horas, hasta que se vieron obligados a cancelar su reservación.
Según la joven, el Costa Verde no era su reserva inicial. Ella y tres familiares más fueron trasladados allí porque su anterior elección no procedía por falta de capacidad. Al llegar, se encontraron con una inmensa fila para obtener las habitaciones.
Tras horas de espera, por fin les entregaron un cuarto en el cual los aires acondicionados no funcionaban, las camas estaban desarregladas y las cortinas caídas. De inmediato reportaron los inconvenientes a la recepción, pero la gerencia del hotel no hizo nada al respecto.
“No solo mi familia se quejó con el gerente, también lo hicieron decenas de personas. Sinceramente nos sentimos muy ultrajados, por eso decidimos cancelar”, aseguró la fuente a CubaNet.
Piñeiro y su familia habían pagado 15 000 pesos equivalentes a 600 CUC por tres noches con “todo incluido”. Luego de la cancelación, recibieron el dinero de vuelta pero no obtuvieron ninguna reparación por las molestias que sufrieron.
“¿Debemos tener ciudadanía americana o española para ser bien tratados? ¿A quién se le ocurre abrir un hotel para llenarlo con 850 personas si no están las condiciones creadas?”, se cuestionaban los huéspedes, según Piñeiro.
Otros visitantes se quejaron debido a la falta de agua caliente en los baños, la arrogancia del personal de la recepción ante las quejas y la poca variedad de opciones recreativas.
No obstante, casi todos ellos coinciden en que resulta inaceptable que se agoten los alimentos o que se deban hacer colas para comer, teniendo en cuenta el precio excesivo del hotel. Ni siquiera las tarifas más bajas (alrededor de 45 CUC la noche) están por debajo del salario medio en la Isla, que ronda los 42 CUC.
Sobre el tema, un huésped que prefirió no identificarse para evitar represalias y que estuvo recientemente en el hotel comentó a nuestra redacción: “Esta fue la peor estancia de mi vida. Durante los tres días estuve reclamando porque fallaba el sistema de agua caliente en mi habitación. Llamé varias veces a la recepción y me trataron muy mal. Soy cubano y me hicieron sentir de la peor manera”.
Igual desilusión tuvo Catalina Pita, quien realizó una publicación en su página de Facebook contando su experiencia.
“Este hotel es un desastre. No me sentí a gusto pues lo encontré sucio, debido al poco personal de limpieza disponible y la gran cantidad de turistas hospedados, más los que van de visita por el día. ¡Y qué contar del bufé! Colas y más colas para comer”, denunció.
El Hotel Costa Verde de Holguín, antiguo Fiesta Americana, está ubicado en la playa conocida como Pesquero y ―a pesar de las constantes quejas y cancelaciones de los huéspedes― ostenta la categoría de cuatro estrellas.
En cuanto a su capacidad, cuenta con 480 habitaciones distribuidas en bloques de dos pisos cada uno. Las dependencias solo pueden albergar a cuatro personas como máximo ya sean niños o adultos.
En casi todo el país, los hoteles reanudaron sus servicios ―solo para turistas nacionales― el 24 de junio como parte de la recuperación post COVID-19. Dentro de la reapertura, el distanciamiento físico debía ser una de las principales medidas para evitar el repunte de la epidemia.
Para lograrlo, el Ministerio del Turismo dispuso que en esta tercera fase, que inició en todas las provincias del país el pasado día 20, excepto en La Habana y Mayabeque, los clubes, cabarets, salas de fiestas y discotecas de las instalaciones hoteleras abrirían con la ocupación de hasta el 60 por ciento. Además, debían cumplirse todos los protocolos sanitarios.
Sin embargo, los huéspedes del Costa Verde contradicen las pautas oficiales. “(Al llegar) lo único que hicieron fue tomarnos la temperatura y echarnos gel antibacteriano en las manos, pero hasta ahí. En lo que menos pensaban ellos (el personal) era en la COVID-19. Sin tan solo hubiese habido una persona con la enfermedad, yo guisas no estaría aquí ahora”, analizó Piñeiro.
Desde que Holguín pasó a la segunda fase recuperativa post pandemia, el 3 de julio, las autoridades previeron la reapertura de siete hoteles, entre los cuales no figuraba el Costa Verde, porque supuestamente todavía estaba siendo reacondicionado para “garantizar el pleno disfrute de los turistas locales”.
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