GUANTÁNAMO, Cuba.- El artículo 67 de la Constitución de la República de Cuba menciona al “estado de emergencia” como una situación excepcional que puede ser declarada por el Presidente del Consejo de Estado en todo el territorio nacional o una parte de él ante desastres naturales, catástrofes u otras circunstancias que afecten el orden interior, la seguridad del país o la estabilidad del estado. Durante su vigencia se regula el alcance de los derechos y deberes constitucionales de los ciudadanos.
Hasta hace algún tiempo existía al menos un respeto formal hacia ellos, pero ahora los opositores guantanameros viven en una situación de emergencia no declarada, ante la violación constante de la Constitución por parte de los agentes de la Seguridad del Estado. Las últimas jornadas así lo corroboran, aunque lo ocurrido no ha podido divulgarse debido a que los represores se han dedicado a incautar a los activistas y periodistas independientes sus teléfonos móviles, cámaras fotográficas, computadoras y cuanto objeto sirva para transmitir información.
Ayer mismo, lunes 21 de diciembre del 2015, se efectuaba un registro en el domicilio de los miembros de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Bartolo Cantillo Romero y Celina Claro Osorio. Intentamos contactar con ellos pero fue imposible.
Con el objetivo de indagar sobre lo ocurrido e informar a la opinión pública entrevistamos a Yoannis Beltrán Gamboa, Secretario General de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) en Guantánamo, y a otros activistas defensores de los Derechos Humanos, víctimas de la represión ejecutada en estos días.
La actuación del G-2
Según el testimonio de Yoannis, el domingo 6 de diciembre alrededor de veinte opositores pacíficos se dirigían hacia el Santuario del Cobre y en la avenida Camilo Cienfuegos y la calle San Gregorio fueron interceptados por varios autos patrulleros. Al frente del operativo estaban el mayor Bryan y los oficiales Sergio, Kevin y otro cuyo nombre real es Gilberto Catá pero se presenta como Frank.
“A una señal del mayor Bryan los esbirros nos lanzaron gas pimienta sobre los ojos y empezaron a darnos puñetazos y patadas. Luego me metieron esposado en un carro jaula junto con Niorbis Rivera Guerra, Bartolo Cantillo Romero y Felipe Blanco González y desde ahí hasta la unidad provincial de operaciones nos fueron dando golpes. Me desmayé dos veces, la primera antes de llegar a la unidad, donde nos tiraron en el piso, esposados. A mí me dejaron recuperarme pero a los otros continuaron golpeándolos. Cuando me recuperé el mayor Bryan ordenó a dos de sus secuaces que me levantaran y me encapuchó con un pulóver. Me dieron un golpe fuerte en la nuca y volví a desmayarme. Según me contaron mis hermanos de lucha, los guardias me arrastraron por el parqueo en medio de risas y después continuaron arrastrándome hasta la solera, donde me tiraron. Tuvieron que ingresarme en el Hospital Provincial junto con Bartolo Cantillo y Roelvis Cuba, lugar donde estuvimos hasta las 3 pm del día 7 de diciembre. A Marcos Antonio Morán Pelegrín lo ingresaron en la Sala de Penados del hospital y a Niorbis Rivera Guerra lo mandaron para la prisión provincial, donde todavía está”
Más violencia el 8 de diciembre del 2015
Al salir del hospital, Yoannis recibió los certificados médicos y las placas que acreditan los golpes y lesiones recibidos. Con dichas pruebas pensaba hacer una denuncia al día siguiente a pesar de que todavía no le han dado curso a sendas denuncias que su esposa y él hicieron hace más de seis meses cuando fueron lesionados en plena vía pública por trabajadores del Poder Popular Municipal, alentados por la policía política. Pero el 8 de diciembre le trajo otra sorpresa.
“Alrededor de las 4.30 am, un operativo dirigido por altos oficiales del MININT (Ministerio del Interior), entre los cuales estaba el delegado de esa institución en Guantánamo, fue ejecutado por miembros de la brigada antimotines. Los esbirros llegaron y rompieron la puerta de mi casa y penetraron en ella sin orden de registro y sin la presencia de testigos. La violencia fue tal que desprendieron uno de los cables del tendido eléctrico y éste cayó sobre uno de mis niños, que sólo atinaba a llorar abrazado a mi esposa. Por suerte el cable era el neutro, de lo contrario lo hubiera matado”.
“Con la misma brutalidad penetraron en las viviendas de mis hermanos Yordanis Beltrán Gamboa y Johnny Camacho Gamboa y en la de mi madre Juana Gamboa Leyva sin mostrar ninguna orden de registro. Ninguno de ellos es opositor. También registraron la vivienda de mi hermana Yasnay Beltrán Gamboa. Ella les pidió la orden de registro y un guardia le dijo ‘Ahora mismo voy a hacerla’. Salió, habló con un oficial y regresó con ella”.
Los hermanos de Yoannis estuvieron detenidos pocas horas y a él lo pusieron en libertad el 11 de diciembre a las 3 p.m. Antes, la tenienta Mariana y el capitán Eyder, 2do jefe de procesamiento penal del G-2 en la provincia le dijeron que estaba acusado por la presunta comisión de los delitos de Propaganda Enemiga, Atentado y Desorden Público.
“Me ocuparon mi laptop, una cámara fotográfica, dos memorias flash, dos memorias mp3, un teléfono celular propiedad de otra persona, otros dos celulares, uno sin batería y el otro propiedad de mi suegro, dos bocinas, libros escolares de mi hijo, literatura política, una bandera cubana, una grabadora Sony y otros bienes que no recuerdo. A mi mamá y a mis hermanos les ocuparon bienes personales, entre ellos alrededor de cien revistas Atalaya, pues mi mamá es Testigo de Jehová. En ningún caso dieron copia del acta de ocupación”.
El artículo 56 de la Constitución de la República establece la inviolabilidad del domicilio salvo en los casos previstos en la Ley de Procedimiento Penal, la cual afirma en su artículo 218 que para efectuar un registro debe existir una orden y si el morador no da su consentimiento ésta debe ser emitida por un fiscal.