LA HABANA, Cuba. -Recuerdo que en mis años mozos, los muchachos nos avisábamos unos a otros quiénes eran las chicas que no se limitaban a apretar, sino que “lo hacían de verdad”. No abundaban. La mayoría de las chicas, “calentaban pero no planchaban”, como se decía entonces.
No faltaba quien se enorgulleciera de haber sido el que “partió a fulanita” y “la hizo mujer”, como si antes de eso la muchacha hubiese sido otra cosa…
En aquella época todavía importaba la virginidad. Hasta constituía un serio problema para algunas personas…
Ahora, hay muchachas que a pesar de la educación sexual que les imparten en la escuela, ni siquiera saben bien qué es el himen, o “la telita”, como decían antes algunos viejos. Se enteran de su existencia luego de “hacerlo” la primera vez y descubrir manchitas de sangre, pero lo más probable es que asustadas, crean que se trata de alguna enfermedad.
Las preocupaciones respecto al sexo ahora, al menos en mi sub-urbano barrio, el Reparto Eléctrico, en Arroyo Naranjo, son otras. Y no me refiero precisamente al VIH-SIDA y los condones que a veces no hay o están vencidos.
Los muchachos, antes de hacerse “novios oficiales” de alguna chica verifican con sus amigos si por una de esas casualidades han visto a la susodicha en alguna de las fotos o de los vídeos porno que circulan profusamente por las computadoras y los móviles de la localidad.
“No vaya a ser que cojan a la jevita de uno como material de estudio”, me dice un muchacho, que confiesa haber participado en alguna sesión de masturbación colectiva con estos vídeos.
Hace varias semanas, en el cine del Reparto Eléctrico, convertido en discoteca reguetonera, un muchacho mató a otro a puñaladas, se comenta que descubrió que su novia era la protagonista del “pellejo” (vídeo porno) que mostraba en la pantalla de su móvil a todo el que se interesara en verlo y escuchar sus comentarios.
También las muchachas verifican si sus novios aparecen “haciéndolo con otra” en alguno de los vídeos, o peor aun, con otro, en alguno de esos “vídeos de maricones que andan regados por ahí”. Aunque hay algunas chicas que se muestran comprensivas y entienden, sin necesidad de que su novio se lo explique, que él no es gay, sino que “está en la lucha para buscarse unos fulas (dólares)”. De 10 a 50 dólares, en dependencia de lo que le pidan. Ella también lo haría si se le da la oportunidad. Con su novio, con otro hombre, con varios, con otra chica, con cualquiera…Si le pagan, solo tiene que acordarse de sus necesidades, y tomarse unos tragos, una pastilla o darle unas cachadas a un prajo de marihuana para desinhibirse.
Se supo en el barrio que alumnos y alumnas de la secundaria básica “Desembarco del Granma”, en el Reparto Eléctrico, habían intervenido en algunos de estos videos. En algunos casos, con las propias aulas como locación. También se comenta hay profesores y un custodio preso. Todavía la policía debe estar investigando el caso. Y las fotos y los vídeos porno siguen pululando en el barrio.
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