LA HABANA, Cuba.- Entre los incontables casos asesorados por el centro independiente de información legal Cubalex, hay varios de personas que se encuentran en prisión desde que eran menores de edad. Así le ocurre a Yasser Ramírez Vega, de Manzanillo, en la provincia Granma, nacido el 11 septiembre de 1979, que padece diversos problemas de salud.
Según declaró a Cubalex la madre del recluso, Caridad Vega, el parto de Yasser fue distócico y su hijo debió ser instrumentado con fórceps, que le dejaron en el cráneo marcas donde nunca le salió pelo. Ya desde el círculo infantil se comportaba agresivamente; incluso con ella, madre soltera, pues el padre era alcohólico y nunca se ocupó de él.
Yasser comenzó a padecer de epilepsia desde los dos años y, durante una crisis, se golpeó tan fuerte contra el suelo que recibió un trauma cráneo-encefálico y tuvo que ser asistido por especialistas en neurología y neurocirugía. A los once, entró en una escuela de conducta del Ministerio de Educación. A los trece años fue internado en una prisión para menores por los delitos de lesiones y hurto.
Al cumplir dieciséis años fue trasladado a un establecimiento penal para adultos acusado de “peligrosidad predelictiva”. A partir de entonces a Yasser se le han ido sumando diversas condenas dentro de la prisión por delitos como atentado y desacato. Dos décadas después, no se sabe cuánto tiempo de encierro queda aún para él, que, con 36 años, ha vivido casi toda su existencia en centros penitenciarios, como muchos otros negros y mestizos cubanos de los sectores sociales más pobres.
En conversación telefónica con CubaNet, Caridad Vega aseguró que sus delitos en la calle, cuando menor, no habían sido graves, “pero luego en la prisión los guardias abusaron tanto con él y le dieron tantas palizas —dejándole no sé cuántas cicatrices— que se volvió muy rebelde con ellos, y ellos la tienen cogida con él”.
Hace unos años, otro recluso lo hirió por la espalda con un cepillo de dientes afilado y le ocasionó un severo trauma medular. Estuvo varios meses ingresado en el hospital Calixto García, de La Habana, y le quedaron tantas complicaciones que los médicos consideraron imposible su permanencia en condiciones carcelarias. Aunque luego aparecieron otros trastornos, como hipertensión crónica, úlcera péptica, problemas cardiovasculares, polineuropatía periférica, entre otros, las autoridades penitenciarias nunca han aceptado darle a Yasser licencia extrapenal.
A consecuencia principalmente de la lesión en la columna, el recluso ha pasado temporadas en una silla de ruedas por sus dificultades para caminar y ha sido hospitalizado en varias ocasiones. Carece, además, de control de los esfínteres y debe usar una sonda vesical permanente conectada a una bolsa colectora, que se ve obligado a cambiar personalmente sin supervisión especializada.
“Las condiciones en que se encuentra mi hijo son inhumanas”, se lamenta su madre: “No importa que los médicos certifiquen que su estado físico es totalmente incompatible con el sistema carcelario. Ha hecho hasta huelgas de hambre. ¿Cómo no voy a estar preocupada por su vida?”
Yasser Ramírez ha estado recluido en centros de varias provincias: Cienfuegos (Ariza), Santiago de Cuba (Boniato), La Habana (Combinado del Este) y Granma, su provincia, donde ha pasado por cárceles como El Típico de Manzanillo, San Ramón, la Prisión de Bayamo y Las Mangas, donde se encuentra actualmente.
“Allí, el capitán Vega, Jefe de Orden Interior, es el que más se ensaña con él”, informa la madre. “Le pedí que lo trasladaran para un centro más cercano y me dijo que lo mandaría bien lejos. No le importa lo trabajoso que eso sería para mí, que soy la única que lo visita y paso muchas dificultades económicas. Bueno, pues ahora lo quieren trasladar para un lugar donde Yasser tiene enemigos. Yo protesté, pero el Director me dijo que no puede hacer nada, que eso es así”.
Caridad ha ido a muchas oficinas. En la Fiscalía Provincial la han atendido con mucha cortesía, pero en ninguna parte ha resuelto nada para su hijo. Todo se vuelve cada vez peor. “Yo estoy segura de que, si lo llevan para allá, o lo matan o él mata a uno. Y ellos lo saben perfectamente”.
Las últimas noticias que la mujer ha recibido de Yasser son que ha tenido varias crisis epilépticas recientemente y que acaba de pasar diez días castigado en una celda de aislamiento. “Porque resulta que ahora lo están acusando de que grabó unos videos allá adentro con un celular y alguien las puso en Internet. Pero yo no sé de dónde él va a sacar un celular”, dice Caridad.
Para demostrar el ensañamiento con su hijo, la mujer cuenta que, “hace unos tres años, Silvio Rodríguez fue a cantar a la prisión donde estaba Yasser en aquel momento. Pero no lo dejaron asistir al concierto, sino que lo encerraron ese día completo en una celda de aislamiento para que no estuviera allí con los otros. No sé por qué”
“Yo soy revolucionaria”, confiesa Caridad Vega, “pero todo tiene un límite. Lo que están haciendo con mi hijo es un crimen”.