SANTA CLARA, Cuba.- Los más de 250 profesionales de los diferentes niveles de educación que pidieron su renuncia durante el curso 2015-2016 en Villa Clara, para dedicarse a otras labores que mejoren sus condiciones de vida, constituyen una cifra récord para la provincia en un solo año lectivo, informó una fuente perteneciente al Ministerio de Educación (MINED) que prefirió el anonimato.
Carmelina Lobato Ferrer, exprofesora de la educación politécnica en la ciudad de Santa Clara, dejó las aulas durante el pasado curso después de casi treinta años ejerciendo. Amablemente accedió a darnos sus opiniones sobre las causas que provocan que cada año se incremente el número de maestros que deciden abandonar el ejercicio del magisterio bajo los programas del Ministerio de Educación en Cuba MINED.
¿Que causó que después de toda una vida en las aulas usted las abandonara?
Esto no fue una decisión a priori. Ya hace algún tiempo que me sentía cansada de pasar trabajo, de dar lo mejor de mí y que nadie me lo reconociera. Los problemas que tenía con el transporte para ir al trabajo por las mañanas y después regresar a mi casa, los pésimos almuerzos y meriendas en los comedores y como causa fundamental el salario solo 750 pesos mensuales. ¿Cómo puede vivir una persona hoy en Cuba con esa miseria? No podía seguir así, me estaba matando por muy poco.
¿Lo que le pasó a usted es un problema solo de su centro de trabajo o está sucediendo en todo el país?
No es solo en mi escuela., eso está sucediendo en todos los colegios de Cuba.Te puedo garantizar que muchos de mis compañeros ya no están ejerciendo, y no porque les haya dejado de interesar el magisterio; lo que los desmotivó fue la desatención por parte de las autoridades y la falta de condiciones para trabajar, eso les obligó a alejarse de las aulas.
¿Qué está haciendo el Estado cubano para resolver el éxodo de profesionales de la educación?
Las medidas que se están tomando, en mi opinión, lejos de resolver el problema lo están acrecentando. Formar maestros emergentes y poner a impartir clases a estudiantes, lo que sí está logrando es demeritar al sistema educacional cubano. En nuestra profesión se entrega amor, se forman y educan personas, y para lograr eso uno tiene que amar y vivir para lo que hace y ninguno de estos “maestros improvisados” posee estas cualidades.
¿A qué se dedica usted ahora?
Nunca me pasó por la cabeza que yo podía comenzar un negocio propio en el que lograra independizarme y ganar lo suficiente para tener una vida digna.Ya llevo nueve meses como repasadora privada. Esto ha sido una bendición para mí. Le doy gracias a Dios y a mi familia por la ayuda que me han brindado.
¿Está mucho mejor ejerciendo y enseñando desde su casa que como estaba antes en las aulas del MINED?
Claro, muchísimo mejor. Imagínate… ya no tengo que montarme en un ómnibus toda apretada para llegar al trabajo. Almuerzo y meriendo cómodamente sentada en mi casa. Nadie me obliga a nada. Los alumnos que vienen a mí son porque de verdad están interesados en aprender. Por supuesto, también gano cinco veces más que antes y todo con menos esfuerzo.
¿Cómo ve el futuro de la educación en nuestro país?
Muy triste e incierto. Esta no solo es mi opinión: la mayoría de las personas cuando se refieren a la educación actual en Cuba le responderían igual, que está en crisis, que ha perdido calidad, etc. Lo difícil y más preocupante es que no se vislumbra nada bueno, por lo menos en un futuro cercano.
¿Qué cree que debería hacer el Gobierno cubano para revertir la situación?
Primeramente pagar salarios decorosos como se está haciendo en otros organismos estatales, que les permitan a los maestros tener una vida digna junto a sus familias. Crear mejores condiciones de trabajo en todas las escuelas, lograr una alimentación adecuada. Tambien mejorar la transportación hacia y desde los centros educacionales, y sobre todo valorar más el esfuerzo que realizan los educadores.