LA HABANA, Cuba -Con frecuencia escuchamos decir a las personas cuando salen de las consultas médicas que les diagnosticaron un virus. Esto genera una serie de comentarios que siempre giran alrededor de la falta de higiene en la ciudad. Mi vecina, amaneció con fiebre y malestar en el cuerpo. Fue al médico y le recetaron Duralgina cada 8 horas, y mucha agua.
Si bien es cierto que la falta de educación en cuanto al cuidado del medio ambiente ha contribuido en parte a las condiciones alarmantes en que éste se encuentra, la mayor responsabilidad corresponde al gobierno. Desde hace años es crítica la situación que presentan las redes hidráulicas, que apenas se rehabilitan a pesar de su obsoleto diseño y construcción. Pero también inciden en este deterioro la falta de mantenimiento y los trabajos mal hechos.
Por solo citar un ejemplo, en San Francisco y 11, Lawton, municipio Diez de Octubre, hace más de un año una gran rotura en la calle provocó la contaminación del agua potable, que llegaba a los hogares sucia y con mal olor. Por las protestas delos vecinos y las quejas a las distintas instancias, una brigada de Aguas de La Habana hizo el arreglo. Sin embargo, aún en estos días los vecinos se quejan porque el agua sigue igual, y comentan que el trabajo no se hizo bien.
Un cuadro también preocupante presentan los basureros en las calles, donde la basura permanece días y días sin ser recogida. Todo esto contribuye a aumentar la transmisión de enfermedades por la gran cantidad de vectores que atrae, como ratas, cucarachas, mosquitos. Otro problema se presenta a la hora de recogerla, porque se utiliza un cargador frontal, que no es el idóneo, y rompe no solo las aceras, sino también algunas instalaciones hidráulicas.
Pero no son estas las únicas causas del deterioro ambiental. También tenemos los vehículos automotrices, que expulsan gases nocivos a la atmósfera, lo cual se agudiza en nuestro país por tratarse de equipos viejos con dificultades técnicas.
En la propia barriada de Lawton, en la calle 12, está ubicada la obsoleta fábrica de rones y alcoholes, que en estos tiempos produce alcohol. Contamina de humo la atmósfera, aunque en estos momentos, por falta de materia prima, produce poco.
Hace muchos años se dice que la contaminación de la bahía de La Habana es un problema que necesita solución. También se señala a los ríos Luyanó, Martín Pérez y Pastrana como los que más inciden en dicho problema, entre otras cosas, por la cantidad de desperdicios que durante su época activa vertía el matadero, y en la actualidad, debido a la basura que arroja la población.
Con tal motivo se elaboró un proyecto conjunto con las Naciones Unidas a través del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) para crear una planta de tratamiento residual del río Pastrana, proyecto que no avanza desde su comienzo, hace alrededor de 7 años. Se dice que los trabajos están detenidos porque no se ha podido efectuar la reubicación de las familias que viven en el caserío que habría que demoler para llegar hasta el río.
También, la escasez de agua dificulta mantener los hábitos higiénicos y contribuye a aumentar la transmisión de diferentes enfermedades dada la necesidad de almacenarla a veces en depósitos que no reúnen las condiciones necesarias, pues sustituirlos se hace difícil para muchas familias.
En el 6º Congreso del partido comunista, en el lineamiento 113 se plantea “el desarrollo de investigaciones integrales para proteger, conservar y rehabilitar el medio ambiente, y además la política ambiental a las nuevas proyecciones del entorno económico y social”.
Sería bueno que, para comenzar, destinaran un buen presupuesto para resolver el problema de la basura en las calles, normalizar el abastecimiento de agua a la población, la rehabilitación de las redes hidráulicas, así como el arreglo de calles y aceras. Y con eso resuelto, ya pueden seguir investigando.
Cansados estamos de escuchar que en este sistema socialista lo fundamental es el bienestar del hombre y el desarrollo armónico del país. Sin embargo, el Estado cubano no asume la responsabilidad de proteger, conservar y mejorar el entorno.