
GUANTÁNAMO, Cuba. – Este 16 de agosto del 2014 se cumplirán doscientos años del nacimiento del poeta matancero José Jacinto Milanés, uno de los más significativos representantes del llamado primer movimiento romántico cubano, conformado además por José María Heredia, Gabriel de la Concepción Valdés (Plácido) y Gertrudis Gómez de Avellaneda.
Primogénito de una familia numerosa que siempre estuvo bordeando la pobreza, Milanés asistió a la escuela de Ambrosio José González y aprendió el latín con Francisco Guerra Betancourt, a quien llegó a sustituir ocasionalmente en dicha cátedra. Autodidacta excepcional, dominó perfectamente el italiano y el francés, en los que leyó a los clásicos de esas lenguas.
Siendo un niño su padre le regaló un ejemplar del texto “El tesoro del teatro español” y su lectura lo inició en el estudio del teatro clásico de la Madre Patria e influyó decisivamente en su vocación dramatúrgica, de la cual dio pruebas desde muy joven. En 1834 conoció al escritor y promotor cultural Domingo del Monte. La amistad que entablaron constituyó un poderoso estímulo para Milanés pues Del Monte puso a disposición de éste su biblioteca y lo invitó a pasar temporadas en su casa, un importante centro de reunión de escritores e intelectuales. Fue precisamente éste el período de mayor actividad literaria de José Jacinto Milanés. En 1837 publicó su famoso poema “La madrugada” en El Aguinaldo Habanero y desde entonces sus poemas y colaboraciones fueron publicados en varios periódicos y revistas de La Habana y Matanzas.
En 1838 se estrenó en La Habana su drama “El conde Alarcos”. Se afirma que las tensiones provocadas por el montaje y su estreno provocaron la primera crisis nerviosa del poeta, quien se negó a ver la puesta en escena de esa obra que lo situó en un puesto destacado dentro de los dramaturgos románticos de lengua española. A partir de entonces su fama como literato se consolidó al dar a conocer textos como “Un poeta en la corte”, que estuvo censurado hasta 1846, y sus cuadros costumbristas publicados en versos con el título de El Mirón Cubano. Concomitantemente con el aumento de su fama literaria se debilitaba su salud.
La publicación de sus obras
La primera colección de los versos de José Jacinto Milanés, titulada “Los cantares del Montero”, apareció en Matanzas con el seudónimo de Miraflores y fue una colección de décimas hechas en coautoría con su hermano Federico Milanés. La primera edición de sus Obras Completas fue realizada en Cuba en 1846 y consta de cuatro tomos. La segunda fue hecha en Nueva York en 1865. Ambas fueron prologadas por su hermano Federico.
Muchos años después, en 1920, se hizo un intento de reedición de sus obras con motivo del primer centenario de su natalicio pero sólo fueron publicadas sus poesías con un prólogo de José Augusto Escoto. En 1963 se publicaron dos tomos de sus Obras Completas al conmemorarse el centenario de su muerte.

Según información aparecida en el número 86 de El Tintero, suplemento cultural del periódico Juventud Rebelde, serán publicados varios títulos para conmemorar el bicentenario de su natalicio. Entre ellos se cuentan “Milanés, las cuerdas de oro”, una biografía escrita por Urbano Martínez Carmenate; “El alba y la tarde”, una antología poética a cargo del investigador Cristhian Frías y la colección de ensayos “Milanés: encuentro y fuga”, del especialista Salvador Arias. Letras Cubanas prepara otros dos libros de Urbano Martínez Carmenate, ”Álbum”, que recoge diversos escritos sobre la vida y obra del poeta y “Milanés disperso”, que agrupa textos no publicados en los dos tomos de las Obras Completas de 1963.
Valoraciones
Salvador Bueno escribió que la obra de José Jacinto Milanés puede clasificarse en tres etapas. La primera se corresponde con el momento idílico del poeta y en ella sobresalen poemas como “La madrugada” y “La ilusión”, donde se revela la delicadeza de su temperamento, la frescura de su espíritu y cierta suavidad al desarrollar temas eróticos o describir la naturaleza. La segunda está bajo el influjo de Domingo del Monte y revela la intención moralizadora del poeta, algo que fue criticado por Cintio Vitier, quien afirmó que entonces Milanés escribió los poemas más aburridos de nuestra literatura. La tercera etapa está signada por un regreso a su estilo auténtico.
Milanés escribió poemas patrióticos, religiosos y festivos. Salvador Bueno afirmó que su obra es la del carácter más íntimo dentro de la primera generación de poetas románticos cubanos. En tal sentido afirma que fue superior a José María Heredia, aunque éste lo aventajó en cuanto a profundidad y amplitud líricas. Milanés, según Jorge Mañach-citado por el propio Salvador Bueno-, pudo haber sido nuestro romántico más puro y de más amplio registro poético, pero le faltaron fuerzas y acaso conceptos claros de sus propósitos.
Milanés, otra víctima del destino trágico del romanticismo cubano
Como todos los grandes poetas románticos cubanos Milanés tuvo un destino trágico. Destierro, exilio, pobreza, decepciones amorosas y fusilamientos fueron constantes en las vidas de esos poetas. El dardo de José Jacinto Milanés fue la locura.
Enamorado perdidamente de su prima Isabel Ximeno, rompió su compromiso de diez años con la señorita Dolores Rodríguez Valera. El dolor que le ocasionó ese rompimiento y el desprecio de la familia de su prima fueron las causas de las crecientes crisis nerviosas que lo aquejaron durante la última etapa de su vida según algunos de sus biógrafos. Otros señalan que su enfermedad se debió a factores hereditarios. Lo cierto es que en 1852, a los 38 años de edad, cayó en una enajenación casi total que duró once años, hasta su muerte el 14 de noviembre de 1863.Tenía 49 años.

Fuentes:
Tomo II del Diccionario de la Literatura Cubana del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, Editorial Letras Cubanas, 1984, p.614.
Historia de la Literatura Cubana, Salvador Bueno, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, cuarta edición, 1972, págs. 163 y 174.
“Dos siglos de romanticismo intemporal”, Alfredo Zaldívar, 3 de agosto de 2014, El Tintero, suplemento cultural del periódico Juventud Rebelde.