LA HABANA, Cuba.- Tras un inventario de rutina realizado el pasado 15 de marzo a la unidad gastronómica “Batalla de Ideas”, perteneciente a la Empresa de Comercio, Gastronomía y los Servicios en el municipio Bahía Honda de Artemisa, se revelaron varias irregularidades provocando la separación de su puesto de trabajo al administrador de la entidad, Rosmel González Izquierdo, porque según trabajadores de la unidad “ya era demasiado el robo”.
La Unidad Empresarial de Base (UEB) ubicada en la avenida 25 del municipio artemiseño, es la responsable de elaborar y distribuir la merienda escolar a las escuelas secundarias Eduardo Panizo Bustos y Pablo de la Torriente Brau. Siendo esta una unidad subsidiada, su objeto social son las ventas al crédito de los alimentos elaborados de la misma a la Dirección Municipal de Educación.
Catalina Kesell Martínez, una de las elaboradoras de la entidad, indicó a este diario como manipulaban los costos de las materia primas que entraban para obtener sobrantes en dichos productos. “Aquí todo el mundo sabía cómo se hacían las cosas. L mortadela que se compraba a la empresa de cárnicos siempre venía a un costo de 2 pesos (CUP) por cada kilogramo y se le daba una salida alterada en las trasferencias y en las ventas por lo menos a 38,95 y como esto es una unidad subsidiada, todo es por los mismos costos de producción”.
Kesell reveló que la persona responsable para la supervisión solo calculaba los montos totales al costo de cada cuenta, o sea, las entradas menos lo comerciado y las trasferencias a las correspondientes instituciones, sin percatase de los precios elevados en dichos registros. “La revisadora que se encarga de controlar todos los papeles nunca se preocupó por revisar los importes y las cantidades, más bien se ahorraba tiempo haciendo revisiones por arribita”, añadió.
Según datos obtenidos en la entidad, aproximadamente por cada tonelada (1 000 Kg) de Mortadela NOVEL provenientes del Combinado Cárnico Fulgencio Oroz del municipio Candelaria que entraba en la entidad el saldo de la cuenta 100-100 ascendía a un monto de 2 000 pesos, al darle una salida con el costo de 38,95 se obtenía una ganancia de 38 950 pesos generando un sobrante equivalente a 948,652 kilos de embutido. “Lo que permitía saldar la cuenta por completo y lo demás quedaba a disposición del jefe, que se lo vendía a paladares o algunos compradores de otras unidades como la carnicería La Paloma”, dijo una trabajadora que prefirió el anonimato.
También apuntó que, conjuntamente con Juan Carlos Gutiérrez Díaz o “Juanca” como lo nombraban los trabajadores, (administrador de la secundaria Eduardo Panizo Bustos), se manipulaban las ventas, “muchas veces lo que elaborábamos no era lo que estaba en las factura”.
“Juanca era quien firmaba las vales de salida así como las facturas, y en algunas ocasiones las recogía personalmente para que no llegaran a otras manos, nosotros procesábamos pan con queso y en los documentos que se presentaban aparecía pan con jamonada, que se podía registrar en los archivos con los costos más altos, lo que también bajaba los saldos de las cuentas para que no quedaran existencias en los papeles y quedara más mercancías de sobrante”, afirmó.
Según palabras del jefe de turno Yunier, “el robo se hacía con todo lo que entraba: queso, salchicha, masa de croqueta y hasta con el pan; pero a lo que más se le alteraban los costos era a los que venían del cárnico y el combinado lácteo”.
Uno de los facultados de efectuar el inventario, quien no quiso revelar su identidad por temor a consecuencias en su trabajo, señaló a CubaNet: “Al realizar la auditoría nos percatamos de un sobrante demasiado grande, por lo que quisimos revisar las facturas originales del cárnico y demás empresas suministradoras, así como los resúmenes de ventas y traslados que se habían efectuado meses atrás en la unidad”.
Expresó además darse cuenta enseguida de una alteración de precios que develó en primeras instancias un desvió aproximado de 120 000 pesos en el último periodo. Encontrando muchos documentos extraviados y desactualizados, sin existencia en el almacén de tarjetas de estibas que abalaran las provisiones existentes.
“Ya se abrió un expediente para revisar exhaustivamente los últimos 10 años de operaciones en la entidad y por el momento el responsable es separado de su cargo hasta que no se concluyan las investigaciones y el caso será pasado a las autoridades”, señaló Euralia Morejón, miembro del Consejo de la Administración Municipal.
También significó esta funcionaria que el administrador se dejó llevar y se confió, dejando mercancías sobrantes en la nevera.
Las empresas no productoras y que se mantienen con presupuestos gubernamentales son el mayor centro para las desviaciones de recursos y corrupciones que a menudo son apañadas por otros jefes y directivos. “Antes no había pasado nada porque el administrador tiene a su hermano en la dirección de la empresa. Además que los auditores lo dejaban pasar, y preferían no meterse en esos problemas, porque no se iban con las manos vacías”, selló Catalina.
“Todo el mundo no se compra con un tubo de jamonada o un paquete de salchichas”, aludieron algunos trabajadores cuando vieron que este directivo fue expulsado de su trabajo.
Aunque las investigaciones continúan en la unidad gastronómica “Batalla de Ideas”, ya muchos rumorean que el administrativo expulsado, se encuentra laborando en la Empresa Agropecuaria del municipio Bahía Honda.