MAYABEQUE, Cuba. – El gobierno ha implementado controles más rigurosos para frenar el aumento del número de dietas por enfermedad, en muchos casos fraudulentas, mediante nuevas regulaciones que afectan también a los pacientes que verdaderamente lo necesitan.
Un médico de un consultorio local, que nos pidió no revelar su identidad, apuntó: “Antes los médicos generales y de familia estábamos facultados para asignar algunos tipos de dietas, ya ahora solamente los especialistas provinciales las pueden firmar. Luego tienen que pasar por manos de los directores de los policlínicos del municipio, que son los que deciden si se otorga o no. Conozco médicos que fueron sancionados por emitir dietas falsas”.
Evelia Tabares trabajadora de una carnicería estatal situada en el municipio de Quivicán, aclaró algunas dudas al conversar del tema:
“Todo el que ha tenido la posibilidad, alguna amistad que es médico, lo ha hecho a lo largo de muchos años. Solamente tienen que falsificar unos cuantos análisis de sangre, luego presentar un resumen y certificado de un especialista, y, después de varios trámites en la Oficina de Control para la Distribución de los Abastecimientos (OFICODA), tu dieta estará apuntada en la libreta de abastecimiento. Tendrás derecho a 1,5 libras de pollo, 6 libras de pescado al mes o ½ litro de leche cada dos días. Dependiendo del tipo de enfermedad es el tipo de dieta alimenticia que se otorga”.
“Mi carnicería tiene más de 600 consumidores y conozco personalmente a todos. Sé que la mayoría de las dietas por enfermedad son falsas, alguna que otra son reales, pero no digo ni hablo nada del tema en reuniones, porque sé que es la única forma de poder conseguir algunos productos más baratos”.
Ibón Alvares, paciente con Cáncer de mama, de 70 años de edad, comentó. “Antes tenía que renovar mi dieta 1 vez al año, hacer todos los trámites con mi médico de familia aquí mismo cerca de mi casa. Ahora me dicen que tengo que traer un chequeo completo, con un resumen de los especialistas del hospital. Vivo en Quivicán, un viaje a La Habana me cuesta más que si compro lo poco que me dan de pollo en el mercado negro. Ponen muchísimas condiciones para quitarle a los enfermos lo poco que les dan”.
Otra anciana llamada Cristina, vive sola a la edad de 76 años y solamente cuenta con una pensión de alrededor de 8 dólares al mes:
“Tenía una dieta por úlcera gástrica que declaré, aún después de sanar, durante algunos años a través de unas amistades del sector de la salud, falsificando análisis y pruebas médicas. Después de estas nuevas medidas perdí lo que para mí significaba una gran ayuda. La leche en el mercado negro tiene un valor de casi 10 pesos el litro y con lo que gano de pensión no me alcanza para comprarla. Ya los médicos no quieren arriesgarse a asignar ninguna dieta que no esté bien justificada, han sancionado a muchos que lo estaban haciendo después de estas nuevas medidas”.
En general, entre los entrevistados, se notaba tristeza, debido a que muchos no pudieron renovar sus dietas y perdieron el beneficio de estos alimentos adicionales en su canasta básica. La mayoría de los médicos generales y de familia que ya no están facultados para emitir dietas se sentían impotentes al no poder ayudar a los más desfavorecidos, que verdaderamente lo necesitan.
La canasta básica que obtienen los cubanos a través de la libreta de abastecimiento ha ido decreciendo en cantidad, calidad y abundancia de productos. 5 libras de arroz, ½ libra de aceite, 1 de frijoles 4 de azúcar blanca 2 de azúcar crudo y 5 huevos por personas, no alcanzan para alimentar a una persona todo un mes. El mercado negro donde se trafican los alimentos a altos precios juega un papel fundamental para las familias, gracias al mismo muchas sobreviven.