Cuando el presidente venezolano Nicolás Maduro regrese de una gira para conseguir recursos financieros en la que ha visitado siete naciones, encontrará la economía petrolera de su país al borde del desastre, y a sus compatriotas, desesperados por hallar productos básicos en los estantes vacíos de los supermercados.
En las últimas dos semanas en las que Maduro ha viajado alrededor del mundo en busca de apoyo para su nación, el gobierno ha desplegado soldados para impedir turbas y saqueos de supermercados, en tanto que dirigentes empresariales han advertido que las existencias de alimentos se habrán agotado a principios de marzo. Además, los opositores políticos se están movilizando y los inversores extranjeros se preparan para una posible suspensión de pagos.
La crisis es la más terrible desde el golpe de 2002 que destronó brevemente a Hugo Chávez -el predecesor de Maduro-, quien lanzó una revolución socialista después de ganar la presidencia en 1998.
“Durante 15 años se ha dicho que el país se está derrumbando; sin embargo, nunca antes habían coincidido al mismo tiempo las crisis económica, política y social en el país”, declaró Dimitris Pantoulas, un consultor político en Caracas.
De los ingresos por exportaciones de Venezuela, 95% corresponden al petróleo. Esta semana, el precio del crudo más pesado de Venezuela se ubicó abajo de los 40 dólares el barril por primera vez desde 2008, una pérdida de más de la mitad de su valor desde setiembre.
“La verdadera ideología del chavismo es un número, una cifra: el precio del petróleo”, declaró Alberto Barrera Tyszka, autor de una biografía de Chávez publicada en 2004.
Ahora que les falta el dinero, la única manera de mantenerse es reduciendo aún más la democracia. Aplicando más control, más censura, más represión”, agregó
La crisis en Venezuela es una situación que se ha venido gestando desde hace mucho tiempo. Incluso antes de que la caída de los precios del petróleo estrangulara el flujo de divisas extranjeras, el país estaba sumido en una recesión desde hacía un año y su inflación se encaminaba a los tres dígitos.
Según una encuesta de Datanalisis, la popularidad de Maduro cayó en diciembre a 22%, su nivel más bajo desde que asumió en 2013.
Maduro emprendió su gira el 4 de enero pocas horas después de haberla anunciado, y muchos venezolanos están sorprendidos de las diversas escalas agregadas, como una segunda visita a Rusia para una reunión con el presidente Vladimir Putin.
En Pekín, Maduro solicitó inversiones chinas por 20.000 millones de dólares y en Catar anunció una nueva alianza financiera. También ha visitado Irán, Arabia Saudí, Portugal y Argelia.
A su vez, los inversionistas han elevado el precio de la póliza de protección de lo que consideran una inminente suspensión de pagos.
AGENCIAS