En la plaza Carlos Manuel de Céspedes, de Santiago, decorada con fotos gigantes de un Fidel de 33 años y un Raúl juvenil, de 28 años, Raúl Castro, de 82 años, con la lengua trabada en ocasiones, y evidentemente malhumorado, dio un grito de alarma contra las poderosas fuerzas “dentro y fuera” de la Isla que tratan de socavar su sistema comunista, entre los jóvenes.
Raúl fue presentado no como jefe de gobierno, sino como comandante del Segundo Frente, que luchó contra las tropas de Fulgencio Batista.
En su desesperada arenga, desde el mismo balcón de Santiago de Cuba, donde su hermano Fidel proclamó la revolución hace 55 años, el día de Año Nuevo, el anciano ex guerrillero advirtió: “El desafío se hace mayor ahora”,
En una Isla donde el gobierno trata de controlar lo que se lee, ve por televisión o escucha por radio, la avalancha de información que llega en formato digital y se distribuye de casa en casa constituye el más grave peligro para el régimen totalitario.
De verde olivo, con su charretera de comandante 4 estrellas, el capataz de Cuba enfatizó: “Hay una permanente campaña de subversión”, dirigida a los jóvenes. “Se perciben intentos de introducir sutilmente plataformas de pensamiento neoliberal y capitalismo, para desmantelar desde adentro el socialismo en Cuba”.
“No nos dejemos confundir las nuevas ideas son impulsadas por “poderosas fuerzas dentro y fuera” de Cuba y han creado algún “pesimismo con respecto al futuro”. Dijo Raúl.
Fidel Castro, actualmente de 87 años, no ha asistido a las celebraciones de Año Nuevo desde que cedió oficialmente el poder luego de someterse a una cirugía de emergencia en el 2006 y después oficialmente en el 2008.
Ante tres mil invitados, los oradores que precedieron a Raúl se centraron en elogiar las ganancias de los sistemas de salud y educación de la isla en 55 años desde que la revolución sacó a Batista.
El menor de los Castro recordó que los ataques de Estados Unidos contra el gobierno cubano, han dejado más de 3,000 muertos, y agradeció a la antigua Unión Soviética por el fuerte apoyo que les brindó.
En su arenga de unos 20 minutos, Raúl sólo provocó cinco rondas de aplausos, incluyendo una cuando mencionó a su hermano Fidel.