AREQUIPA, Perú.- La casa de las tejas verdes es el primer inmueble que recibe a quienes entran al habanero municipio Playa por el túnel de la quinta avenida. La distinguen sus tejas, su color verde en diferentes tonos, una pequeña torre en forma de cono y su estilo arquitectónico inspirado en el neo-historicismo alemán, único de su tipo en la ciudad. Como toda casa antigua que se respete, también la rodean historias de fantasmas y el mito de ser un lugar embrujado.
La casa se construyó en 1926, siendo una de las primeras viviendas que urbanizaron el reparto Miramar. La edificación fue ordenada por Alberto de Armas, alias Cocó, quien fuera el mayordomo del palacio presidencial durante los dos gobiernos de Mario García Menocal. En la planeación de la obra se utilizó al arquitecto Jorge Luis Echarte y Mazorra.
Cocó vivió con su familia en la mansión de las tejas verdes hasta 1943, fecha en que se muda a Francia y decide vender la propiedad a través de la compañía inmobiliaria Jasper S.A . Entonces la casa pasó a manos de la joven de 20 años Luisa Catalina Rodríguez Faxas, emancipada por autorización materna, quien compró el inmueble.
Luisa habitó la casona hasta su fallecimiento en el año 1999. Tuvo un primer matrimonio con el escritor y abogado Mario Cabrera, junto a quién crió tres hijos, dos varones y una hembra.
Tristemente, en 1959 la pareja decidió irse de vacaciones a Estados Unidos y Cabrera fallece justo el mismo día en que arriban al país. Rodríguez Faxas se vió obligada a regresar a la Isla con el cadáver de su esposo y dejar a sus pequeños con una tía paterna.
Al tiempo que se deterioraban las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, también lo hicieron las vías de transporte y comunicación, de modo que Luisa nunca pudo retornar en busca de sus hijos y jamás los volvió a ver.
Se dice que los pequeños varones al crecer no quisieron mantener contacto con su madre, mientras la pequeña esporádicamente le escribió. Ello, a propósito del nuevo matrimonio de Rodríguez Faxas con el Dr. Pedro Hechavarría Rojas. Rojas pertenecía a una de las familias más ricas de Santiago de Cuba, gran oculista que nunca se fue de la Isla y mantuvo su consulta privada hasta 1994 en la calle 17, entre H y G, de El Vedado.
Con el tiempo, la casa se fue deteriorando y su propietaria se divorció. Ya Luisa no tenía fortuna y comenzó a convivir con María Isabel, una sobrina de su segundo esposo, a quien lega la vivienda tras su muerte. No obstante, la sobrina también fallece seis meses después y al no tener herederos, la mansión quedó abandonada.
En 2005 la Oficina del Historiador de La Habana asumió la restauración del inmueble, proceso arduo que tomó cinco años de trabajo y mereció el Premio de Conservación 2010. Actualmente, de la vivienda original solo queda un lavadero, así como algunos cristales y pisos.
La casa de las tejas verdes es hoy el Centro Promotor de la Arquitectura Moderna, Contemporánea, el Urbanismo y el Diseño Interior perteneciente a la Oficina del Historiador. Cada miércoles con previa reservación se puede visitar la propiedad emblemática y apreciar las piezas de arte que se trasladaron a ella luego de su restauración.
Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.