MIAMI, Estados Unidos. — La cinta estadounidense “El Pacto”, del director británico Guy Ritchie, es un poderoso documento visual que relata los últimos pasajes de la intervención estadounidense en Afganistán.
Aunque la cinta se desarrolla sobre un libreto de ficción, su trama pone foco en el programa de exención de visas para aquellos intérpretes afganos que colaboraron con el ejército estadounidense en la cruzada contra el talibán a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
El sargento John Kinley (Jake Gyllenhaal) encabeza a un comando cuya misión es desactivar las fábricas de explosivos en parajes intrincados de Afganistán. Tras perder en un atentado a su intérprete, recluta para esa función a Ahmed (Dar Salim), un afgano cuyo hermano fue ejecutado por el talibán y que sueña con irse a vivir con su familia a Estados Unidos.
El comando cae en una emboscada en una fábrica de explosivos ubicada en la ladera de una montaña. Solo Kinley y Ahmed logran abandonar el lugar, desatando una feroz cacería en su contra por parte de los insurgentes afganos. Ambos son sorprendidos días después, y Kinley es gravemente herido, aunque rescatado por Ahmed, quien a partir de ese momento deberá emprender una verdadera odisea para mantener vivo a su jefe y llevarlo a la base militar Estados Unidos.
Tras regresar de vuelta a su país, será Kinley quien ponga manos a la obra para devolver el gesto a Ahmed y hacer realidad su sueño de una nueva vida en EE. UU.
Si bien el filme ha recibido duras críticas por el manejo de los personajes y de las tramas secundarias, también ha sido considerado un acercamiento válido a “una guerra prolongada y amargamente despilfarradora que tenía héroes, y que no todos llevaban un parche de barras y estrellas en sus uniformes”.