LA HABANA, Cuba.- Toda la legislación laboral cubana, incluyendo como es lógico el Código del Trabajo, contempla como algo sagrado e inviolable las vacaciones anuales de los trabajadores, tanto estatales como particulares. Sin embargo, elementos como los maratones productivos que han de realizarse con vistas a recuperar producciones, y la desprotección de los trabajadores ante el voluntarismo de las autoridades -todo en medio del silencio cómplice de los sindicatos oficialistas-, conspiran muchas veces contra la materialización de tal derecho laboral.
Acaba de conocerse que los trabajadores de la fábrica textil Bellotex, ubicada en la periferia de la ciudad de Matanzas, “renunciaron” a sus vacaciones veraniegas en un intento por cumplir su plan de producción del actual 2022.
La fábrica Bellotex es la única en el país encargada de producir los cobertores (mosquiteros) con que se tapan los mejores campos de tabaco que se destinan fundamentalmente a la exportación. Así se obtiene una hoja resistente y mejor protegida de las plagas y los efectos del clima. Se podrá imaginar entonces, tomando en cuenta el protagonismo del tabaco en la economía cubana, la importancia estratégica que asume esta fábrica.
Durante el primer semestre de este año los obreros de Bellotex fabricaron cerca de un millar de cobertores, una cantidad que quedó muy lejos de lo que se había fijado en el plan para ese periodo. El incumplimiento se justifica por la llegada tardía, o la no llegada, de la materia prima importada que se requiere para producir los cobertores. Asimismo, la escasez de combustible y las constantes interrupciones eléctricas que ha sufrido la fábrica han incidido en las bajas producciones de la entidad. Y, obviamente, el que no podía faltar: el ”bloqueo” de Estados Unidos.
En cuanto a las condiciones de trabajo del colectivo de Bellotex, ha trascendido la dificultad que han enfrentado con la transportación. Porque la fábrica posee transporte obrero para trasladar a sus trabajadores. Mas, la escasez de combustible ha impedido que los ómnibus de Bellotex funcionen regularmente, lo que ha provocado que muchos de sus trabajadores hayan tenido que ir a trabajar por sus propios medios. Y no es noticia para nadie la crítica situación que exhibe el transporte público en todo el país. La situación se agrava si consideramos que buena parte de los trabajadores de Bellotex residen en el municipio de Unión de Reyes, algo alejado de la capital provincial.
Como sucede casi siempre en estos casos, no faltan los criterios de la administración y de las organizaciones políticas de la fábrica, en especial del núcleo del Partido Comunista, insistiendo en que el plan del año será cumplido. Para ello aducen valoraciones tales como que “los hombres y mujeres de esta industria siempre dan el paso al frente”, o “la suerte nuestra es que contamos con un colectivo entusiasta y que no le teme al trabajo”.
Sin embargo, la realidad pudiera indicar que detrás de semejantes frases que denotarían rasgos de “heroicidad” en el colectivo laboral de Bellotex, podrían ocultarse las presiones ejercidas sobre esos trabajadores para que renunciaran a algo tan importante para ellos como sus vacaciones.
Y es que, como ya apuntamos, estos cobertores son imprescindibles para que las hojas del tabaco conserven su calidad, y el tabaco, por su parte, no es cualquier cosa para la economía cubana.
Según datos aportados por Consulting Havana Group, las exportaciones de tabaco ocuparon durante los últimos años el quinto lugar en el aporte de ingresos en divisas al país. Solo fueron superadas por los servicios médicos en el exterior, la recepción de remesas, el turismo y las ventas de níquel.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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