CIENFUEGOS, Cuba.- Durante el último trimestre la venta de medicamento en la red de farmacias del país se ha visto afectada significativamente. Para conocer las posibles causas y sus efectos entrevistamos a farmacéuticos y clientes.
Margarita Limonta es empleada de la farmacia ubicada en el barrio cienfueguero Paraíso. Al entrar al establecimiento donde labora me percato que tiene cara de pocos amigos, y no es para menos: cada día debe dar frente a decenas de clientes frustrados que buscan medicamentos faltantes, y ante su ausencia descargan la rabia en ella.
Un cliente le presenta una receta y, tras echar una rápida ojeada le responde: “Eso no lo tengo, papá”.
“¿Tú me puedes llamar a Venta del Río por ver si hay allá?”, le riposta el hombre. La farmacéutica toma el teléfono con un gesto de hastío y comienza la ya rutinaria y casi siempre inútil labor de rastrear los medicamentos en las otras farmacias.
Tras identificarnos, quisimos indagar de inmediato si conocía qué provoca la actual crisis de medicamentos.
“Según hemos oído es por falta de materia primas”, nos dijo.
Luego quisimos conocer cómo reaccionan los clientes cuando les comunica que el fármaco buscado no se encuentra a la venta. “Bueno, imagínese usted, cuántos pacientes tenemos con enfermedades crónicas que no tienen el medicamento… ¡y se ponen como se ponen! Le damos la explicación; algunos lo entienden, otros no y dicen que se van a quejar a (el Ministerio de) Salud o a la Empresa (de farmacias)”.
“Ahora tenemos en falta provincial la Carbamazepina, que es de tarjeta control, el nitropental de diez y el de 20, que es también de tarjeta control, la aspirina de 125 mg, el mentolán, el vaposán, el clobetazol en ungüento y en crema. Resumiendo, tenemos unos 80 medicamentos en falta”, nos comenta Idania Concha Peñalver, administradora de la farmacia ubicada en el poblado Venta del Río.
“Los más afectados son los pacientes mayores de edad, los hipertensos que dependen del enalapril, los cardiópatas, ahora con la falta de aspirina, estos son pacientes sensibles a esta situación”, sentencia Peñalver.
La otra cara de la moneda
Del lado de los enfermos o sus familiares se respira crispación. “La clortalidona no la he podido comprar, la prednisona no la he podido comprar, vas al policlínico y no hay nada para ponerle a un asmático. El lunes pasado mi hija se vio malísima ahí en el policlínico, y no había una hidrocortisona porque ya se habían acabado”, narra visiblemente irritada Regla Mercedes Cuesta, vecina de la barriada Pueblo Grifo.
“Ellos dicen que es que el medicamento no viene completo, pero yo no entiendo nada, porque es que nunca tú lo puedes comprar; un medicamento controlado y tú no lo puedes comprar por el tarjetón, porque nunca hay. Si coges la clortalidona, no puedes coger el enalapril, si coges el enalapril, no puedes coger otra cosa. Duralgina no busques, nunca hay”.
Entre los más perjudicados se encuentran enfermos con padecimientos renales, cardiacos, respiratorios, de hipertensión, asma o diabetes. ¿Cómo les afecta la ausencia de medicamentos que deben tomar con regularidad?
María Valladares Bermúdez, es una anciana de 80 años que reside en Paraíso, refiere: “Soy asmática crónica. Si me falta la medicina me estoy ahogando siempre”.
También asmáticos son Marilis González Cuesta y su pequeño niño de ocho años. “El niño se revienta tosiendo, y él si tiene que tomar antihistamínico diario”
José Felipe Álvarez parece ser del tipo de persona que no se molesta por nada. Al preguntarle cómo le afecta la situación nos contestó: “Si no hay el medicamento que manda el médico, vuelvo a consulta por ver si hay algún sustituto”
En busca de un culpable
La falta de medicamentos disgusta a la población. Sin embargo, la irritación es mayor cuando descubren vendiéndose en la calle lo que en la farmacia no encuentran. Este sentimiento se ve reforzado por el mensaje que lanzan los medios de comunicación gubernamentales que culpan de la escasez a los revendedores.
“Lamentablemente hay personas indolentes que se dedican a eso”, opina Peñalver, quien sin embargo identifica al “bloqueo” (embargo) norteamericano como el principal culpable.
Luis Alonso, que sufre de una afección respiratoria, sí culpa a los revendedores. “El particular no recibe medicamento, ni tiene almacén en su casa, sin embargo, usted los ve por la calle vendiendo. ¿De dónde sale?”
Entre las muchas causas probables que maneja la población, aquella que refiere la posibilidad que se esté enviando cantidades importantes de medicamentos hacia Venezuela en aras de contribuir a paliar la crisis de fármacos que padece el país suramericano, cobra fuerza, y no falta quien tras confirmar la ausencia del medicamento que le ha prescrito el médico, comente con sorna: “Lo que hay es que mudarse para Venezuela”.