LA HABANA, Cuba.- A su paso por el Golfo de México, la tormenta tropical Colin trajo al occidente cubano intensas lluvias que han afectado a muchos y mejorado las condiciones de los embalses de todo el país aumentando el llenado a más de un 50% de su capacidad total. El fenómeno provocó pequeñas inundaciones y trajo rachas de viento moderadas.
Muy alejado del pronóstico previsto para el mes de junio por el Instituto de Meteorología, el inesperado sistema tropical y las lluvias asociadas alcanzaron acumulados históricos para la temporada en zonas de Pinar del Río, Isla de la Juventud, Mayabeque y La Habana, afectando principalmente cultivos en zonas rurales y algunas edificaciones en la capital del país.
Pinar del Río ha sido una de las provincias más afectadas. Las crecidas de ríos, como el Cuyaguateje, dejó por momentos a poblados como Guane e Isabel Rubio incomunicados por vía terrestre. La empresa eléctrica de la provincia confirmó un total de 270 interrupciones en el servicio, dejando a más de 6700 a oscuras, mientras que en los cultivos de tabaco se observan daños en las 1300 hectáreas de tierra cultivada.
A su vez, por “estática milagrosa” siguen erguidos muchos de los edificios de Centro Habana, Cerro y Habana Vieja. Así lo aseguraron a CubaNet arquitectos de las oficinas de Vivienda en esos municipios.
“Un mantenimiento adecuado y periódico es la fórmula internacional para mantener en pie y seguras edificaciones tanto modernas como con siglos de antigüedad. En Cuba esta fórmula se perdió hace muchos años”, describieron.
Una de las funciones principales de la pintura y el repello es impermeabilizar la estructura, por lo que sin ellas las paredes, como esponjas, absorben la humedad y el agua con mayor facilidad, lo que da al traste, en un principio, con grietas y deformaciones.
“En el Cerro, la mayoría de las instalaciones presentan daños estructurales que varían de moderadas a severas, las aguas de los últimos días solo llegan para empeorar las condiciones de vida de miles de personas que a gritos piden ayuda diariamente en nuestras oficinas”, denunciaron los entrevistados.
Hasta la fecha unos tres edificios de la Habana Vieja han presentado daños considerables mientras que la mayoría de las afectaciones han sido menores. Aunque en la capital las precipitaciones se han detenido, los daños en las viviendas pueden ser mayores con la salida del sol. “Cuando sale el sol se acelera el proceso de oxidación en las estructuras metálicas y es cuando vienen los derrumbes”, aseguran los facultativos.