LA HABANA, Cuba. -El senador y excandidato presidencial republicano John McCain sostuvo conversaciones a puertas cerradas con el secretario general del Partido Comunista de Viet Nam, en el salón de reuniones del Comité de Servicios Armados del Senado, el 7 de julio. También en su oficina privada le comentó las fotos del lugar donde una multitud de vietnamitas lo sacaron herido del agua el 26 de octubre de 1967, luego de que su avión fuera derribado en el Lago Occidental de Hanoi. Allí actualmente se levanta una estatua de McCain, quien pasó 5 años presos en muy severas condiciones. El senador recordó que el destructor USS John McCain de la Séptima Flota, nombrado en homenaje a su abuelo, almirante durante la II Guerra Mundial, y su padre, comandante de operaciones navales en el Pacífico durante la Guerra de Viet Nam, visitó el puerto de Danang en 2010. “Hace mucho tiempo me involucré en la cuestión de la normalización, que era el camino hacia la reconciliación”, dijo según reportó a AFP.
Nguyen Phu Trong, secretario general del Partido Comunista de Viet Nam, fue recibido por el presidente Barack Obama en el Despacho Oval de la Casa Blanca el pasado 7 de julio, donde usualmente se acoge a los jefes de estado o gobierno, cuando se conmemoraba el 20 aniversario de las relaciones entre Estados Unidos y el país asiático. 40 años han pasado de la terminación de la guerra, que ocasionó un millón de muertos vietnamitas, destruyó la infraestructura, la flora y la fauna del país. El invasor norteamericano acumuló miles de muertos, heridos y veteranos con estrés postraumático.
El presidente Bill Clinton (1993-2001) estableció las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Viet Nam el 11 de julio de 1995. Entonces la dirección política vietnamita transitaba por cambios económicos aperturistas, necesitados de tecnología, capital extranjero y acceso a los organismos internacionales, para lo cual Estados Unidos era clave. A la vez, la posición geográfica y la situación militar en el sudeste asiático aconsejaban a Estados Unidos el acercamiento. Entre los notables resultados se encuentran que el intercambio comercial de 451 millones de dólares en 1995 pasó a 35 mil millones en 2014, asi como la realización de maniobras militares conjuntas.
Existe interés coincidente en la incorporación vietnamita en la Alianza de Asociación Transpacífica (TPP), suscrita en 2005 por Chile, Brunei, Nueva Zelanda y Singapur, que se negocia ampliar con la participación de Australia, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Perú y Vietnam. Muy importante para la estrategia norteamericana en la zona es el alejamiento entre Viet Nam y China. A pesar de que se mantiene en Viet Nam un gobierno regido por el partido único y continúan las violaciones de los derechos humanos, la población vive en condiciones económicas y sociales muy superiores, y el país avanza con un notable desarrollo.
Coincide que el 20 de julio, tras 54 años de confrontación, el presidente Barack Obama restablecerá las relaciones diplomáticas de Estados Unidos y Cuba, y se reabrirán las embajadas en Washington y La Habana. Mientras McCain avizoró la importancia de desarrollar los vínculos con Viet Nam, los legisladores de origen cubano, Marco Rubio, Mario Diaz-Balart, Ileana Ross y otros, que no han vivido bajo el régimen castrista, ni padecido los horrores que su colega del Partido Republicano, se aferran al pasado, cuando en el archipiélago cubano por primera vez en 56 años existen condiciones para cambiar una política fallida, beneficiosa al gobierno totalitario.
Los canales de comunicación se requieren para procurar solución a las diferencias entre los países y contribuir al bienestar de sus pueblos. “Hoy hemos conversado con franqueza sobre algunas de nuestras diferencias respecto a temas de derechos humanos, por ejemplo, y libertad de religión”, manifestó el presidente Obama después de reunirse con Trong. “Esto coincide con la filosofía que hemos aplicado en Cuba. El presidente confía en que con esta nueva estrategia, en los próximos años, veamos un gobierno cubano que haga un buen trabajo de respeto e incluso protección de los derechos humanos básicos de su pueblo”, expreso Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, según EFE.
La mayoría del pueblo cubano ha acogido con esperanzas el nuevo curso de la política de Estados Unidos. Ciertamente los dirigentes cubanos continúan anclados por su miedo a perder el poder absoluto, pero la crisis general existente en Cuba, la inevitable salida de los octogenarios dirigentes y la eliminación del pretexto de culpar a Estados Unidos de todos los males, crean nuevas condiciones para que el pueblo cubano impulse los cambios.