LA HABANA, Cuba, 13 de agosto de 2013, José Alberto Álvarez Bravo/ www.cubanet.org.- La ciudad de Morón sufre los embates del cólera, según testimonio de Raúl Arias Márquez, residente en aquella región.
“La ciudad está en cuarentena por tiempo indefinido; en todos los centros se toman medidas epidemiológicas tales como rociar las manos con tres líquidos diferentes y pisar alfombras empapadas en estos líquidos antes de acceder a ellos, comenta Arias Márquez.
“Esto ocurre también en los ómnibus y a la entrada y salida de la ciudad; todos los establecimientos privados de venta de alimentos han sido cerrados, y solo permanecen funcionando los estatales; está prohibida la venta de carne de cerdo y de pescado”.
“Mientras las autoridades locales toman estas comprensibles medidas, las calles de Morón permanecen inundadas por las aguas negras como consecuencia del colapso de las redes de drenaje”, agregó.
“Fueron cerradas las playas Punta Alegre, Cunagua y La Laguna de la Leche, mientras permanecen abiertas las que sirven al turismo, como el Polo Turístico Cayo Coco; las comunidades El Vaquerito, Tuero, El Embarcadero y Patria carecen de servicio de acueducto, deficiente en el resto de la ciudad, razón que impide la cloración del abasto de agua”.
Es de conocimiento público en Morón que un residente en la comunidad Manuel (Piti) Fajardo, en La Isla de Turiguanó, y a quien se le atribuye haber transportado la enfermedad desde Santiago de Cuba, es la primera víctima mortal de esta epidemia, suceso silenciado por las autoridades cubanas, como es habitual.