Apoya Federación de Plantas Eléctricas documento de sacerdotes - Noticias / News - Movimiento Sindical Independiente de Cuba

Octubre 8, 1999

Apoya Federación de Plantas Eléctricas documento de sacerdotes

En septiembre de 1992, coincidiendo con la festividad del Día de la Caridad del Cobre, la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba hizo público un documento en el cual expuso de forma clara y convincente un examen de la realidad nacional. "El amor todo lo espera", como se conoció popularmente aquel formidable análisis, tuvo un impacto muy positivo en la sociedad cubana. "El amor todo lo espera" constituye, a nuestro juicio, la declaración más lúcida escrita por la Iglesia Católica cubana en el período que media entre 1959 y 1992.

En enero de 1998, y con motivo de la visita que realizara a Cuba Su Santidad Juan Pablo II, el Arzobispo de Santiago de Cuba Monseñor Pedro Meurice pronunció unas valientes y proféticas palabras ante las personas que se congregaron en la Plaza Antonio Maceo para dar la bienvenida al Sucesor de Pedro. Monseñor Meurice atrajo la admiración y el respeto de los cubanos de buena voluntad por su coraje, sinceridad y sencillez.

Estos dos acontecimientos -la declaración de la Conferencia de Obispos Católicos y las palabras de Monseñor Meurice- han tenido su punto culminante en el material de trabajo que sirvió de base al encuentro de un grupo de sacerdotes de las cuatro diócesis orientales y que fue examinado en la reunión que celebraron en julio último en el Santuario Nacional de El Cobre.

La Federación Sindical de las Plantas Eléctricas, Gas, Agua y Anexos de Cuba expresa por este medio su respaldo al documento "Cuba, su pueblo y su Iglesia de cara al tercer milenio". Las consecuencias prácticas que se derivarán de este atinado, autocrítico y patriótico mensaje tendrán un efecto renovador para todos.

Sentimos una especial satisfacción por las referencias que hace a la falta de apoyo de la jerarquía eclesiástica a la disidencia interna y a la certera definición de que el llamamiento de Juan Pablo II a la apertura y al diálogo han quedado en el vacío.

Nos queda la convicción de que "Cuba, su pueblo y su Iglesia" concede a todos los cubanos de buena voluntad la singular oportunidad del compromiso y esperanza de acción, y de optimismo, de lucha paciente y de formación constante.

Dada en la Ciudad de La Habana, el 23 de septiembre de 1999

Vicente Escobal Rabeiro
Presidente

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