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Noviembre 4, 2003 Desalojo provoca intento de suicidio en Holguín LA HABANA, 3 de noviembre (www.cubanet.org) - Melba Reyes Pupo, de 62 años de edad, se encuentra en la sala de terapia intensiva del hospital Vladimir I. Lenin, de Holguín, después de intentar suicidarse como respuesta al desalojo que realizaron en su residencia más de 40 policías el viernes 31. Según dijeron sus hijos por teléfono, al mediodía del viernes un comando especial rompió la puerta de la vivienda, por donde penetraron los uniformados. Reyes Pupo había expresado que no saldría viva de su casa, en la que vivía desde hace 40 años, y sólo podrían sacar su cadáver, afirmación que cumplió ingiriendo dos docenas de tabletas de valium. "Yo hago responsable a las autoridades si me pasa algo, porque por mi casa voy a dar la vida", había dicho Reyes Pupo. La policía la sacó de su hogar en estado inconsciente, y extrajeron a la fuerza a su esposo, de 67 años, enfermo de cáncer en la próstata, y a su nieta de 12 años. Tras varios intentos de desalojo, la señora Melba había logrado reunir a varias personas víctimas de desalojos, y organizó un movimiento de derechos humanos. La última vez que la policía había intentado sacarla de la casa no le fue posible porque una manifestación de vecinos lo impidió. Acto seguido, Melba puso el Himno Nacional en una grabadora a todo volumen, y por último pintó la fachada de la casa con artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos y versículos de la Biblia. La familia reside en Mártires 129, entre Luz Caballero y Martí, en la ciudad de Holguín. Las autoridades y funcionarios de la Reforma Urbana explicaron que los propietarios de la casa habían infringido la ley respecto al artículo 150.2, del Código Penal vigente, referente al enriquecimiento ilícito. En el transcurso de los años, y con la ayuda de familiares residentes en Estados Unidos, la familia había reestructurado la vivienda, haciéndola más confortable. Por otra parte, un desalojo catalogado como brutal por vecinos y curiosos llevaron a cabo policías y funcionarios de la Reforma Urbana el pasado jueves 23 en la ciudad de Holguín. Tatiana Gorra Avila, con sus tres hijos de uno, cinco y ocho años, fueron golpeados y sacados a la fuerza de una residencia que ocupaban en el Reparto Villanueva. En el desalojo, llamado por las autoridades "extracción", participaron dos camiones llenos de policías, una ambulancia, un auto patrullero y una moto de la policía de tránsito. La residencia que Gorra Avila ocupaba con anterior se derrumbó y la mujer había enviado varias cartas al Consejo de Estado, pero nunca le respondieron. Uno de sus hijos es epiléptico y asmático. Después de golpearlos, los gendarmes los dejaron tirados en la calle, con sus pocas pertenencias a la intemperie. También en el poblado conocido como Playa Blanca, en el municipio Frank Pais de la ciudad de Holguín, Herma Pérez Pérez, de 61 años, fue desalojada por haber comprado la casa, alto ilegal en Cuba. La señora Pérez, que es diabética y tiene glaucoma en ambos ojos, se encuentra viviendo a la intemperie, con todas sus pertenencias. En un período de tres meses se han realizado 157 desalojos en los municipios de la provincia de Holguín, informó César Román Ramírez, activista de la Confederación Obrera Nacional Independiente de Cuba (CONIC), y presidente del Movimiento de Derechos Humanos "Los Siete". Las personas sin hogar son internadas en la antigua escuela de técnicos medios de la Salud, situada en el reparto Villa Nueva, y sus pertenencias son trasladadas a los fosos ubicados alrededor de un sitio conocido como Las Barras de Aldama, informó Lorenzo García, presidente del movimiento Claridad. Además de la ola de desalojos, en la ciudad se ha extendido la represión por parte de inspectores y policías contra impedidos físicos que realizan ventas ambulantes y personas que se dedican a actividades económicas consideradas ilícitas en el país, como confeccionar y vender pizzas. Recientemente fueron levantadas las "candongos" del estadio Calixto García, la que estaba a la entrada del hospital Lenin y en las dos terminales de ómnibus, Las Baleares y La Molienda. A los vendedores se les impusieron multas que iban desde 500 hasta 1,500 pesos, y todos los productos fueron decomisados. Varios de los afectados por los desalojos y la represión opinan que esta ola represiva en contra de los ciudadanos holguineros comenzó desde que Miguel Díaz Canel asumió la jefatura del gobierno en la provincia. "La ciudad de Holguín es un banco de prueba del Consejo de Estado y del Comité Central", opinó un residente de la ciudad. Hasta el momento de redactar esta nota informativa, Melba Reyes Pupo no había recuperado la conciencia, y continuaba reportada como muy grave. cnet/26 LUX INFO-PRESS CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente. |
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