|
      
|
Julio 3, 2003 Recomendaciones para un gobierno en guerra LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Desde que tengo uso de razón Cuba está en guerra. Lucha contra bandidos, guerrillas para la recogida de café, batidas contra la corrupción, ataques contra las desviaciones ideológicas, combates contra los mosquitos, las ratas, el hambre, los deseos de libertad, y otras tantas escaramuzas, choques, confrontaciones, hostilidades, pugnas, acometidas, querellas y altercados personales y colectivos, en las que los cubanos somos, como Pirro, quienes más hemos perdido con las conquistas de la revolución. Resultan enfermizas y contraproducentes tantas batallas de ideas frente al espejo de la historia, las muchas y constantes cargas presuntamente a favor de una ciudadanía que a veces desea más la paz de los sepulcros o el fondo del mar que continuar en esta pesadilla recurrente de armas y soldados que no se ven, de movilizaciones que no agitan sino la superficie del ser, como un acto defensivo contra posibles y probadas represalias. Estamos hartos de tantos combates ideológicos, de ver a un padre presentado como un monstruo porque no desea que su hijo sea como el Che. Vivimos sobre un barril de pólvora mojada, posado en un charco de combustible inexistente y con una corta mecha sin ningún artefacto para prenderla. Tenemos las alacenas vacías, los pies semidescalzos, la esperanza tullida de permanecer secuestrada tantos años, en un presente que amenaza con no terminar. Queremos salir de las cavernas, pero no nos dejan, pues nos sacan de la cárcel grande -Cuba- y nos meten en celdas de castigo en Kilo 8, Canaleta, Boniato y tantas otras cárceles pequeñas a donde han ido a parar más de 75 opositores pacíficos por querer detener un bombardeo que ya dura 44 años. Pero el clarín no cesa de sonar llamando a guerra. Ahora resulta que los norteamericanos van a invadir a Cuba. Es evidente, lo dijo Colin Powell, aunque olvidaron que también lo dijeron Kennedy y algunos más. Es hora de que las autoridades cubanas dejen de emplear la guerra como pretexto para mantener supuestamente unida a la nación, de poner fin al terror psicológico de una posible invasión armada, y de sembrar la paranoia y la desconfianza entre los habitantes del país. Si quieren acabar con la verdadera guerra -la interior y sin armas- es preciso que devuelvan las libertades conculcadas al pueblo durante más de cuatro décadas, resuelvan los problemas alimentarios y de vivienda y, sobre todo, permitan que la dignidad vuelva a ser parte de los cubanos. No engañen ni hagan perder más su tiempo al más de un millón 285 mil afiliados a la Central de Trabajadores de Cuba, sumidos en trámites de guerra -burocrática- como la ubicación en las unidades regulares de la reserva, las Milicias de Tropas Territoriales y las brigadas de producción y defensa. Que aquí, con el favor de Dios y la cordura de los hombres, no sonará un tiro. Piensen mejor en cómo resolver los graves problemas que presentan los más de 5,346 comedores obreros inspeccionados -45 por ciento del total nacional- y que no garantizan una alimentación suficiente ni balanceada a los presumibles guerreros. Garanticen guantes a los cañeros, ropas a los constructores, insumos a los cooperativistas y licencias y recursos a los trabajadores por cuenta propia, para que se anoten aunque sea una victoria. No dejen de lado el salario de los científicos, profesionales y obreros en general -necesitan duplicarse para que puedan finalizar el mes- y rebájenselo a los policías, pues dentro de poco no tendrán a quién detener. Permitan la libertad de expresión -se ha reducido el léxico a "Sí se puede", "Viva la revolución" y "Patria o muerte"- y el de asociación -ya los fundadores de los Comités de Defensa de la Revolución están jubilados y se duermen en las reuniones luego de carcajearse hasta el cansancio con el tema de la vigilancia en cada cuadra. Den oportunidades a otros partidos -el rojo no está de moda y hacen falta matices como el verde, el blanco y el azul ante el advenimiento de la nueva sociedad. Dejen de usar a once millones de cubanos como escudos humanos en esta batalla sin cuartel contra los molinos de viento de la gloria personal. Faciliten el acceso del pueblo a la Internet para civilizar el gusto y la memoria. Restablezcan el derecho a viajar, pues resulta más fácil para un extranjero llegar desde La Habana a la República China a comerse un chop suey que para un cubano llegar a Cacocún para velar a un pariente muerto. Velen porque los niños no cambien sus fantasías por un fusil, y porque los jóvenes no tengan que entregar sus cuerpos adolescentes a viejos carcamales españoles para estrenarse un par de zapatos, comprar la medicina que necesita la mamá, y por qué no, comer en un restaurante, ir a una discoteca o pasear por el Malecón sin las posibilidades engatilladas sólo a un paquete de maní. En fin, digan alto al fuego, promulguen la paz y permitan que cada ser humano actúe como piense y pueda lograr todo lo que sea capaz de producir con sus manos o su talento, sin necesidad de herir ni marginar a sus semejantes. cnet/09 LUX INFO-PRESS CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente. |
|
SECCIONES Noticias | Artículos | Documentos | Denuncias | Organizaciones | Esta Sección |
|
SECCIONES EN CUBANET ......
NOTICIAS
......
Prensa Independiente |
Prensa Internacional |
Prensa Gubernamental ...... |