Septiembre 9, 2002
Sindicalista denuncia coacción de la Policía Nacional y la
Seguridad del Estado
LA HABANA, 6 de septiembre (Víctor M. Domínguez, Lux Info
Press) - El activista sindical Gabriel Díaz Sánchez califica de
coacción y chantaje el procedimiento represivo que le aplica el
Departamento de Seguridad del Estado auxiliado por la Policía Nacional
para que él abandone las actividades sindicales independientes.
En una carta dirigida a la agencia de prensa independiente Lux Info Press, Díaz
denuncia que fue arrestado y encerrado en los calabozos de una estación
policial de instrucción en Bayamo, provincia Granma, a la cual llaman "todo
el mundo canta" por los maltratos que allí le infligen a los
detenidos.
Agrega el activista que lo fotografiaron y tomaron muestras de sus cabellos
en varias partes de su cuerpo, las que le dijeron serían dejadas como
evidencias en su contra en lugares donde se cometan delitos si no detiene de
inmediato sus actividades en pro del sindicalismo independiente.
"Las amenazas son abiertas -señala Díaz en su carta- pues
dos agentes que se hacen llamar Ramírez y Yosvanis se encargaron de
decirme constantemente que me tienen 'cogido por el narigón', y que a la
primera acción contrarrevolucionaria que realice pueden aparecer mis
cabellos en el sitio donde se haya cometido un delito común".
Durante los cuatro días que el activista estuvo encerrado el mes
pasado, Díaz fue trasladado a cinco celdas diferentes con el objetivo de
que tuviera algún problema con los otros detenidos. Cuando lo liberaron
por falta de pruebas (lo acusaban de un robo que él no cometió) ya
lo habían echado de su empleo en el Instituto Nacional de Deportes,
Educación Física y Recreación (INDER), donde laboraba como
instructor de karate-full-contac, kick-boxing y otras artes de combate.
También lo expulsaron de la Asociación Cubana de Karate-Do en
la provincia Granma.
Díaz ha sido objeto de actos de repudio, arrestos arbitrarios y otras
persecuciones porque es del criterio que los sindicatos deben ser independientes
del control del Estado.
Estos maltratos han ocurrido en presencia de su esposa e hija, con quienes
reside en Rolando del Valle 8 entre 21 y Gildo Fleitas, reparto La Unión,
Bayamo, provincia cubana Granma.
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