Septiembre 4, 2002
Decreto gubernamental
Aleida Godínez Soler, Lux Info Press
LA HABANA, septiembre (www.cubanet.org) - Alrededor de 3 mil obreros de los
centrales azucareros Argelia Libre, del municipio Manatí, y Perú,
del municipio Jobabo, ambos en la provincia Las Tunas, región oriental de
Cuba, serán reubicados en otras labores para cumplir con el decreto del
gobierno cubano de cerrar 71 fábricas de azúcar en todo el
territorio nacional.
Los mencionadas centrales cerrarán sus puertas definitivamente antes
de que se inicie la próxima zafra. Los obreros azucareros tendrán
que emprender una nueva vida laboral en puestos de trabajo que no guardan relación
con los oficios que han desempeñado por décadas.
La situación de estos trabajadores es difícil e inestable,
pues no conocen cuál será su próximo destino, y se muestran
pesimistas sobre el futuro, casi presente, de su economía familiar, que
ya califican como pobre.
Cientos de trabajadores azucareros, hombres y mujeres, serán
jubilados si así lo desean aunque no hayan cumplido los requisitos
establecidos por la ley de Seguridad Social: 55 años para las mujeres, 60
para los hombres. Se les tendrá incluso en cuenta para jubilación
aunque les falten hasta dos años para arribar al límite
provisional de 50 años para las mujeres y 55 para los hombres.
Una parte de los trabajadores serán trasladados a los sectores agrícola
y forestal, y para mantener el 100 por ciento de su salario deberán
laborar en las siguientes actividades:
- Producción de hortalizas y vegetales durante seis meses al año
- Producción de cultivos varios durante un año
- Producción pecuaria por dos años
- Producción forestal por seis meses
Esta medida obedece al hecho de que los ciclos de producción de
hortalizas, vegetales, viandas, pecuarios y forestales se encuentran
comprendidos en un período que oscila entre seis meses y seis años.
Una vez concluidos estos ciclos los salarios de los trabajadores reubicados se
balancean en una cuerda floja, pues quedan a merced de lo que puedan producir.
Si se tienen en cuentan los factores naturales de riesgo -sequía,
ciclones- el panorama se complica. En los últimos cinco años el
sector agropecuario se ha visto afectado por estos elementos, principalmente en
la provincia oriental.
El personal técnico y calificado será reubicado en los
centrales que continuarán operando. Aunque para continuar desarrollando
su trabajo tendrán que acogerse al sistema de albergues, lejos de la
familia y sin las condiciones adecuadas.
En el caso de los centrales azucareros ubicados en áreas destinadas
al turismo, previa selección, se mantendrá a un grupo especial de
obreros y técnicos trabajando, con el objetivo de mostrar a los
extranjeros interesados el proceso de fabricación de azúcar.
Mientras estos colosos cierran sus puertas, el central Amancio Rodríguez,
ubicado en el municipio del mismo nombre, se dedicará a la producción
de mieles y sus derivados, disminuyendo a cuatro el número de siete
centrales que hacían zafra año tras año en aquella zona.
Lamentablemente, además de los daños laborales, sociales y
económicos, los cubanos de esta generación presenciamos con dolor
cómo se desmorona la industria insignia de Cuba, vinculada desde hace
siglos a nuestra identidad nacional. Y todo gracias a la probada ineptitud del régimen
que gobierna nuestro país.
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