Agosto 19, 2002
Barbacoas en la calle 8 del South West
Víctor M. Domínguez, Lux Info Press
LA HABANA, agosto (www.cubanet.org) - Ante la enorme crisis económica
por la que atraviesa Estados Unidos de América, el gobierno de Cuba
iniciará en breve la exportación de barbacoas hacia ese país,
que ha inaugurado las miserias del cuarto mundo.
Los pormenorizados detalles ofrecidos por los especialistas cubanos de la
Mesa Redonda (programa político televisado), lograron que un grupo de
carpinteros de Puriales de Caujerí, El Retrete, Las Mantecas, Cayo Hueso
y otras zonas de la geografía cubana dieran un paso al frente para
construir "llega y pon", "cañonas" y "barbacoas",
para ayudar a los millones de estadounidenses que deambulan o pernoctan en las
calles por carecer de hogar.
Además, se impartirán seminarios científicos sobre cómo
instaurar la cartilla de racionamiento en Atlanta, de qué forma hacer
eficientes los trozos de leña para el fogón de los indigentes de
Arizona y California, y se dará un mínimo técnico a cada
padre del estado de la Florida de cuáles son las nefastas consecuencias
para los niños que aún consumen leche después de los siete
años.
También se acondicionan en Cuba los antiguos campos de concentración
de las Unidades Militares de Ayuda a la Producción, conocidos por las
siglas UMAP, los bateyes de los 71 centrales paralizados y las áreas de
cientos de empresas cerradas por exceso de producción, para recibir a los
miles de desempleados estadounidenses que arribarán en balsas a Cuba por
los puertos de Mariel, Camarioca y Manatí.
La buena voluntad y el sentido solidario de los cubanos se pondrá a
prueba una vez más y los ocho huevos mensuales de la cuota normada los
compartiremos con las familias de Filadelfia, las amistades de Miami y los
periodistas radicados en la pobre nación del norte.
Los directivos de las corporaciones Motorola, Scientific Atlanta, Adelphia y
otras más recibirán un curso en la escuela del partido (comunista)
Ñico López de cómo evitar declararse en bancarrota, y
realizarán un entrenamiento práctico en la eficiente fábrica
de churros de Camajuaní, en la diversificada textilera Celia Sánchez
Manduley, en Santiago de Cuba, y en los talleres de equipos IMPUD de Villa
Clara.
Nadie quedará desamparado. Hasta los que hayan sido enemigos de la
victoriosa revolución cubana tendrán la oportunidad de regenerarse
integrándose a las filas de las Brigadas de Respuesta Rápida, los
grupos de trabajadores sociales sin empleo y los clubes de borrachos diseminados
por las esquinas de cualquier ciudad del país.
Las minorías étnicas que emigren hacia Cuba se convertirán
en califas, príncipes, mandarines y ayatolah de acuerdo a su lugar de
origen. En cuanto a la prostitución y el juego nada tendrán que
temer, pues quienes lo ejercen o practican poseen un alto nivel de escolaridad y
una enorme destreza para no ser detectados.
Eso sí, los negros seguirán haciendo papeles de matones,
criados, santeros o boxeadores en la programación de la televisión
cubana, por aquello de la tradición.
Nada, que le tiraremos un cabo a quienes han tratado de destruirnos durante
cuarenta y tres años con ese libertinaje y hábitos de consumo
escandalosos. Les daremos la fórmula de la convivencia social, la receta
para reprimir los deseos de ser libres, el toque de hipocresía necesario
para aparentar lo que no es y expresar lo que no se siente, además del
ABC para sentarse en el Malecón mientras pasan los años.
El país más justo, libre y desarrollado del universo se
apresta a brindar ayuda a los Estados Unidos de América, mientras espera
por los datos de los especialistas de la Mesa Redonda para comenzar con la Unión
Europea.
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