Octubre 15, 2001
Consideraciones al margen de un congreso
Víctor M. Domínguez, Lux Info Press / CubaNet
LA HABANA, octubre - La emisión de informaciones por supuestas causas
políticas, intereses económicos, línea editorial y otras
razones derivadas de la censura que hace de los medios de prensa una fuente
noticiosa controvertida, asume una fórmula no menos insultante cuando se
oculta o manipula la verdad bajo condicionamientos ideológicos.
Los ecos del llamado a proclamar "nuestras verdades" nacido del
congreso de periodistas latinoamericanos y caribeños, clausurado
recientemente en Ciudad de La Habana, son una muestra irrebatible de la
multiplicidad de lecturas que se pueden hacer del hecho noticioso.
Sin embargo, los diversos enfoques sobre temas económicos, políticos
y socioculturales analizados en el evento, al unirse unánimemente en coro
ideológico que descalifica toda apreciación que no coincida con
los puntos de vista allí vertidos, convirtieron a los participantes en cómplices
de la otra cara de la censura.
Llamar a conseguir espacios para romper el hegemonismo informativo de
quienes patrocinan las ideas en las que se sustenta la derecha, a partir de la
imposición de otro hegemonismo donde predominan los intereses de
izquierda, no es más que pretender cambiar sólo el collar al perro
de la intolerancia.
En Cuba -país que sirve de rampa de lanzamiento para cualquier
iniciativa que abra espacios a sus verdades oficiales- paradójicamente y
en contra de estas aspiraciones, se manipula la realidad y se impide mediante
sanciones recogidas en el código penal vigente el ejercicio de la libre
expresión de los ciudadanos, bajo el manto de la Ley 88 de "protección
de la independencia nacional y la economía de Cuba", conocida
popularmente como "ley-mordaza".
Mientras la prensa oficiosa cubana critica la supuesta censura impuesta a
los medios que tradicionalmente atacan la línea política del
sistema, ponen en duda su democracia "participativa", desmienten los
logros jamás alcanzados por otra nación en la historia de la
humanidad y acusan de sobredimensionado el apoyo de las masas al proceso
revolucionario, en el país no se tolera ningún tipo de medio
noticioso que cuestione al gobierno y a sus dirigentes, ya sean nacionales o
extranjeros.
Estas limitaciones al libre flujo de la información que necesita la
ciudadanía para interiorizar y llegar a conclusiones de lo que acontece,
ha sido una constante desde enero de 1959 y ha tomado realce a partir del
derrumbe socialista en la antigua URSS y los países de Europa del Este.
Revistas como Novedades de Moscú, Tiempos Nuevos, Literatura Soviética
y otras publicaciones impuestas como el summun de la verdad informativa y
ejemplo de periodismo alineado sólo con los intereses del pueblo, de
pronto se convirtieron en el invasor a derrotar, fueron demonizadas y suprimidas
en otro acto violatorio de la libertad de información.
¿De cuál libertad de prensa se habla en estos forums donde todos
coinciden en la misma fórmula para tratar un tema? ¿Cuáles
son las verdades reales y a quiénes pertenecen? ¿Cómo exigir
espacios democráticos donde confrontar todo tipo de información de
forma balanceada, cuando el marcado propósito de los solicitantes es
suprimir el de sus antagonistas?
Dividir el ejercicio periodístico entre concepciones de izquierda y
de derecha es simplificación que desmerita la profesión por su
poca profundidad y por el predominio de razones políticas para su puesta
en práctica.
Levantar cualquier tipo de censura que limite el derecho de cada cubano a
informar y ser informado libremente, suprimir las leyes que envíen a la cárcel
al ciudadano que busque vías alternativas para conformar su opinión
y difundirla por todos los medios a su alcance, constituirían los únicos
pasos positivos en la encrucijada desinformativa que tergiversa la veracidad de
los hechos e impide debatir públicamente sus múltiples
interpretaciones.
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