Policía
acosa a vendedores callejeros de Ciudad de La Habana
LA HABANA, 23 de marzo (José Antonio Fornaris, Cuba-Verdad) - La
Policía de Ciudad de La Habana acosa a minusválidos que comercian
productos industriales.
Ayer en la tarde los carros patrulleros 340 y 672 se detuvieron abruptamente
en la calle Monte entre Zulueta y Monserrate, y los agentes expulsaron de la
zona a diez ciegos y minusválidos que vendían ropa y otros artículos
menores.
Los policías alegan que los impedidos físicos no están
autorizados a vender en esa parte de la ciudad y que utilizan intermediarios
para comercializar sus mercancías.
Por su parte, los comerciantes callejeros alegan que donde único
logran vender algunos de sus productos es en lugares de gran afluencia de público
y que debido a sus limitaciones físicas necesitan, lógicamente, de
la ayuda de otras personas.
En esta ocasión no hubo detenidos ni actos de violencia física
por parte de los militares contra los impedidos físicos, pero es
frecuente que esto ocurra, lo que ha dado lugar en otras ocasiones a graves
incidentes.
El último del cual se conocen detalles ocurrió el 15 de
febrero en la barriada de El Rosario, situada en el municipio Arroyo Naranjo,
cuando 17 miembros de la brigada especial de la policía recorrían
la zona en el camión chapa 1413-Z, descendieron del vehículo, y
varios de ellos la emprendieron a patadas y empujones contra tres hombres: uno
de ellos vendía tomates de ensalada y los otros transportaban en una
carretilla un colchón que trataban de vender.
Según vecinos de la zona, el vendedor de tomates es un subnormal que "no
le hace daño a nadie", pero la policía lo esposó y
luego lo golpeó. La brutalidad policial ocasionó la protesta de la
muchedumbre congregada en el lugar.
"La gente le gritaba a los policías que eran abusadores y que en
vez de perseguir a los pobres que tienen que buscarse la vida lo que tenían
que hacer es apresar a los ladrones que andan libres", recordó un
testigo de los hechos.
La situación llegó a tal punto que la policía tuvo que
dejar en libertad a los tres hombres, pero antes un oficial gritó
amenazadoramente: "¡Nacimos para vencer!"
Sin embargo, este percance no ha detenido el acoso policial de que son
objeto los vendedores callejeros, en su mayoría impedidos motores o
visuales.
"Lo que pasa es que la escena de tanta gente con problemas físicos
vendiendo cualquier cosa en las calles de la capital contradice uno de los
llamados logros de la revolución triunfante: la seguridad social",
dijo un anciano que pidió no le identificaran.
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