LA HABANA, Cuba, octubre, 173.203.82.38 – La nueva ley de compra y venta de autos, tiene mucha letra pequeña e interpretaciones. Pero sobre todo mantiene la desconfianza entre la población sobre su legislación y zonas ocultas.
Contra ella, desde su presentación pública hace ya más de una semana, se levantaron en masa “libertarios” de toda laya. Pepe, un “sepsa-seguroso” del hotel Meliá Cohíba, afirma que la ley “intenta controlar los movimientos financieros y encauzarlos en una dirección convenida”. David, un negro botero (taxista), afirma que “la ley se dirige contra los dueños de los ‘almendrones’, porque luego de intensas inversiones personales para su remotorización, el principal resultado será su depreciación a favor de autos modernos, confortables y eficientes”.
Intelectuales afirman sobre la nueva Ley, que deja en claro la inmovilidad de la reforma migratoria al mantener el término “salida definitiva”, para influir en la propiedad. Hablan con sagacidad sobre “los hilos de la piñata”, que permitirá la corrupción de la venta de autos del Estado. Comentan sobre los hijos bastardos, esos que no obtendrán el visto bueno de las autoridades para comprar un auto nuevo, similar suerte a la que correrán, por una grosería institucional, los médicos que trabajen en Latinoamérica.
Sin embargo y sin dudas, la nueva ley es una de las más revolucionarias del actual Comandante en Jefe y primer comunista. Ante todo, por ser una de las más esperadas de su gobierno (conjuntamente con la de emigración y vivienda) y constituir un cambio sustancial en la percepción de la propiedad por el estado totalitario, en los últimos cincuenta años. Además de crear un precedente de acompañamiento para la próxima Ley de la Vivienda y establecer paradigmas para la producción agropecuaria y su llegada al mercado a través de los transportistas.
En su seno implica una movilidad en la propiedad vehicular, y una tendencia a la renovación del parque automotor, para al mismo tiempo poner en manos privadas algunos miles de automóviles, que en estos momentos se encuentran detenidos por baja técnica o en funcionamiento para empresas estatales, incluidas las de renta de automóviles del Ministerio de Turismo. Pero al mismo tiempo, deja claro su poca duración por que una ventana abrirá la otra y así sucesivamente.
No obstante para Reynaldo, un conocido bloguero, el decreto desaprovecha la oportunidad de fortalecer el peso cubano o la tendencia para buscar la moneda única al no instituir la obligación para realizar la transacción en pesos cubanos.
Con detractores y halagadores, el nuevo documento oficial está incluido en más de trescientas resoluciones aprobadas en el sexto congreso comunista y que la mayoría de la población mira aun con reservas, por su lenta aplicación, las trabas burocráticas que imponen las bases comunistas y el poco apego a la ley de los que deben instrumentarlas.
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