LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -La historia de Cecilio Betancourt, quien reside en El Vedado, y lucha desde hace más de 25 años con el padecimiento –autismo- de su hijo, refleja a las claras la falsedad de la propaganda sobre los exagerados logros del régimen cubano en temas de salud.
Cecilio declaró a este reportero que, en todos estos años, la falta de cuidados y atenciones especiales, más la incomprensión y el maltrato, incluso desde los primeros síntomas de autismo, en su niñez, han sido una constante en el tratamiento a su hijo, Reinier Betancourt Benítez.
Este padecimiento comenzó a finales de 1983, a través de una crisis de nervios, por el rechazo al círculo infantil, lugar donde fue declarado inmediatamente inadaptable. Fue algo que tomó por sorpresa a sus padres, quienes no estaban preparados para enfrentar un dilema que dura hasta los días de hoy.
Como se conoce, el autismo es una enfermedad que afecta a las personas ante la socialización, comunicación, imaginación, planificación y reciprocidad emocional; además, es causa de conductas repetitivas o inusuales. Quienes la padecen, presentan también síntomas de incapacidad de interacción social, así como movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las manos.
La falta de tratamientos adecuados para este tipo de pacientes, ha hecho sufrir a la familia Betancourt.
El padre precisa:
“Al principio, fue desesperante, primeramente porque no sabíamos lo que pasaba con mi hijo. Lo llevé a varias consultas en un centro de siquiatría infantil, ubicado a un costado del desaparecido hospital Pedro Borras; allí se le indicaron diferentes pruebas y análisis para determinar su enfermedad, pero las pesquisas fueron infructuosas, y los médicos no lograban dar con el síndrome. Me lo remitieron al Centro de Diagnóstico de Orientación, en Miramar, donde solo le mandaron pastillitas para noquearlo, y no fue hasta seis años más tarde, después que las constantes exigencias tanto de su madre como mías propiciaron nuevas investigaciones y estudios, cuando finalmente dictaminaron que el niño padecía autismo infantil”.
Las dificultades para atender a un autista en la Isla pueden ser inimaginables. Ellos reciben clases en las escuelas de enseñanza especial, con niños que padecen Síndrome de Down, esquizofrenia y otras afectaciones. En el municipio Plaza existía la escuela especial Otto Parellada, pero la cerraron a raíz del Periodo Especial. Su matrícula fue anexada a otra escuela, la Sierra Maestra I, de Nuevo Vedado, única en el territorio.
En 2003, al cumplir 18 años, Reinier fue enviado a su casa, ya que es la edad límite para estas escuelas. Su madre había fallecido y los recursos de su padre eran insuficientes para darle la debida atención. Reinier se agravó, mostrando síntomas de agresividad, que obligaron al padre a buscar amparo en las instituciones del Estado.
Luego de múltiples gestiones fallidas, y solo un tiempo después de enviarle una carta a Fidel Castro, fue atendido por un equipo multidisciplinario, en el Ministerio de Salud Pública. Allí le propusieron que buscara una persona apta para cuidar al autista, a la que ellos le pagarían un sueldo de 350 pesos. La joven que contrató el padre, desistió rápidamente, pues los problemas de Reinier aumentaban.
Betancourt se vio obligado a enviar una nueva carta al Consejo de Estado, anunciando que de no dársele solución a su caso, iba a contarle pormenores al corresponsal de CNN en La Habana. Fue así como consiguió que Reinier fuera evaluado en el centro la Edad de Oro, ubicado en el municipio Cerro, que atiende casos de este tipo.
Pero tampoco tuvo suerte con esta institución. Primero, remitieron a Reinier para la clínica siquiátrica Isidro de Armas, en la Víbora, donde recibió horribles tratos, que le causaron un paro respiratorio, por el cual estuvo a punto de morir. Luego de este suceso, acaecido a finales de 2010, el paciente fue recluido en el hospital siquiátrico del Cotorro, bien distante de su hogar. Y allí se encuentra, en un centro que, a diferencia de otros, mantiene un aceptable servicio, pero no es un hospital para autistas.