LA HABANA, Cuba.- Durante más de 30 años, muchos centros deportivos cubanos presentan un gran estado de deterioro, que deja poco por decir, sobre el futuro desarrollo del deporte cubano prestigiado por más 329 campeones mundiales.
Nada más ver al Estadio Panamericano, al Complejo de Piscinas “Baraguá”, entre otros, para imaginarnos el resto del peliculón en este país.
Las imágenes captadas dan fe –decepcionante- de aquella olvidada frase castrista: “En Cuba, el deporte es un derecho del pueblo”, mera hipocresía, ante el deterioro de cientos de centros deportivos.
La magnitud de la destrucción es tan grande, que llegas a las áreas deportivas de los centros escolares, donde sus educandos practican la educación física o hacen deportes especiales y te encuentras situaciones como las del pasado jueves 13, en el Instituto Politécnico de la Construcción “José Martí”, situado en el reparto 1ero. de Mayo, del capitalino municipio de Boyeros.
El custodio, que nos dio la entrada al centro, a nuestra pregunta sobre las áreas deportivas del instituto, dijo:
-Siempre están llenas de hierba, apenas practican deporte y el área de básquet… mírala como está deteriorada, dicen que no hay recursos.
La recepcionista:
-Este centro no tiene becarios, es de estudio diurno nada más, tiene muchas dificultades por falta de iluminación en sus aulas, deterioro de sus infraestructuras, pero sigue batallando con sus magníficos profesores.
Si bien aún quedan excelentes instructores y otros interesados en continuar la docencia, no es menos cierto que la infraestructura material y los problemas económicos en el sector educativo y deportivo cubano tocan fondo. De 12,314 unidades escolares en Isla, quedan 9,574. De ellas, se extinguieron 59 centros de enseñanza técnico-profesional, o sea, dejaron de capacitarse en los últimos 6 años cerca de 8,961 estudiantes.
En tal sentido nos dirigimos al área deportiva, donde pudimos observar que la cancha de básquet no tiene tableros, ni aros; así como el deterioro de su grada, caseta y de los terrenos de juegos.
Comprobamos que, en su zona de baños, guardarropas y algún otro local de administración, se asienta la casa de venta No. 93 de la Empresa Provincial de Materias Primas, de La Habana. De modo que un área deportiva de una institución docente, se convirtió en un almacén de cartones, latas y vidrios.
Aprovechamos para hablar con varios recogedores-vendedores, allí presentes.
Conversamos con “Pipo”, un menudo hombre de pelo caído y estatura pequeña, pero conocedor profundo de la recogida de materias primas. Él nos expresó:
-Llevo muchos años recogiendo materias primas, ahora soy cuenta propista, pago de licencia 1.5 dólares, mensual, equivalentes ahora a 30 pesos cubanos. También pago 3.60 dólares de seguridad social, pero no me dejan convertirme en un comprador mayorista de materia prima.
También señaló:
-El régimen persigue al intermediario, a pesar de que es la persona que destraba la comercialización de todo tipo, porque no lo dejan tranquilo… ¿Tendré que integrarme a una cooperativa, si las aprueban aquí?.
Ciertamente, la insistencia de “Pipo” me llamó la atención y le pregunté cómo resolvería la recogida personalizada y su respuesta fue la siguiente:
-Yo hago micro centros de recogidas, construyo los depósitos por tipos de envases, para que el ciudadano los deposite y les pago a recogedores primarios entre el 50/60% del valor del producto de la lista de precios. Así de sencillo, la gente se educa, recolecta y guarda la materia prima.
El Negro, otro del mismo oficio, expresó:
-Yo llevo muchos años recogiendo y vendiendo materias primas a esta empresa, ahora es que mejoraron un poquito sus precios de compras, con lo cual podemos defendernos. ¡Hay que trabajar! Si hacen cooperativas, nos van a complicar, pues algunos somos jubilados y nos complementamos con estos ingresos.
La gestora de la casa de venta No.93 facilitó el acceso al interior del local, con lo cual pudimos ver el listado de precios dispuestos en una pizarra. “Pipo”, el “Negro” y los demás presentes, a nuestra pregunta sobre la utilización de la instalación deportiva en área para recolectar materia prima, exclamaron:
-¡Son cosas del gobierno local y de gente que no quiere ver!
En Cuba se reciclan anualmente cerca de 430 toneladas de desechos, de las cuales el 35% proviene del sector estatal, el 64% de las casas de compras a la población y el 1% lo aportan las organizaciones pioneriles y sociales.
No tiene explicación alguna que el Politécnico de la Construcción “José Martí” haya cedido a una entidad estatal parte de su área docente-deportiva, para convertirla en almacén.