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¿Cuántos planes se incumplieron en 2017?

(Archivo)

LA HABANA, Cuba.- Se acerca el final del año 2017, y una de las características que más resaltan al examinar los resultados de la economía cubana es la apreciable cantidad de planes que no se cumplieron en el lapso de esos 12 meses.

El primer incumplimiento sobrevino al cierre de mayo, cuando se anunció por el Grupo Azucarero Azcuba que el plan de producción de azúcar se cumplía solo al 85%. Las causas principales del déficit productivo estuvieron en la escasez de caña a moler por los centrales,  el alto tiempo perdido por la industria, así como debilidades manifestadas en la preparación del personal.

En días pasados, durante las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el ministro de Economía y Planificación, Ricardo Cabrisas, dio a conocer cómo se había comportado la economía durante el año que está próximo a finalizar.

En primer término trascendió que el Producto Interno Bruto (PIB) creció en el entorno del 1,6%, inferior al 2% que se había planificado. Según Cabrisas, ello se debió, en lo fundamental, al incumplimiento de los ingresos previstos   por la exportación de bienes y servicios, la poca disponibilidad de combustibles,  los problemas ocasionados por el huracán Irma y, por supuesto, el “bloqueo” de Estados Unidos.

A renglón seguido el ministro debió reconocer que las importaciones fueron menores que las previstas debido al no pago de muchas cartas de crédito vencidas, lo que tensó aún más las finanzas externas del país. También estuvieron por debajo las compras de petróleo, así como la producción nacional de ese combustible. Para colmo, la utilización de las fuentes renovables de energía se estima en el 4,25%, inferior al 4,65%  planificado. Tales hechos, que se enmarcan en el contexto de la difícil situación por la que atraviesa Venezuela, llevaron a Raúl Castro a entrevistarse precipitadamente con Igor Sechin, presidente de la empresa petrolera rusa Rosneft. Al parecer, habrá que pedirle petróleo al camarada Putin.

El plan de inversiones solo llegó al 90,8% de cumplimiento. Las causas del incumplimiento se asocian con los atrasos en las importaciones de suministros, y con deficiencias en los cronogramas de ejecución de las obras. Y a pesar de toda la campaña que se realiza para estimular la inversión extranjera, se prevé que en el 2018 solo el 5,6% de la inversión total sea con capital foráneo.

Por otra parte, el programa de recuperación de la industria alimentaria solo se cumple al 83%, mientras que decrecen importantes producciones como las del huevo y la leche fresca.

El año cierra con incumplimientos en las producciones de artículos de aseo, materiales de la construcción, y envases y embalajes. Este último renglón también con incidencia directa sobre el déficit en las exportaciones de bienes.

Además, la población recibió la nada agradable noticia de que se mantiene el faltante de medicamentos en las farmacias del país. Se estima cerrar el año con 44 medicamentos de gran demanda ausentes del mercado nacional.

Todo lo anterior llevó a que el plan para el 2018 se presente sumamente tenso. Según palabras del propio Cabrisas, “habrá que suprimir los gastos innecesarios en todas las actividades, y ser extremadamente exigentes en el control de las divisas y los portadores energéticos”.

No obstante los incumplimientos señalados, el señor Cabrisas había comenzado su alocución expresando que el año 2017 exhibía resultados favorables, en especial porque se había avanzado en el turismo y en el transporte y las comunicaciones.

Por favor, señor Ministro, un poco más de objetividad haría más creíble su discurso.




¿Y los instructores de arte?

HOLGUÍN, Cuba, julio (173.203.82.38) – Tres periodistas del semanario local, ¡Ahora!, se lanzaron al ruedo del periodismo investigativo, publicando un trabajo sobre la prevalencia del proyecto de los instructores de arte.  La propuesta fue lanzada al calor de la llamada “Batalla de ideas” y, como otras, entre las que se cuentan la “revolución energética” y los “trabajadores sociales”, forma parte de las múltiples ideas absurdas que ha tenido Fidel Castro durante el último medio siglo.

Castro, con su proyecto, pretendía que las escuelas, mediante el trabajo de los instructores de arte, se convirtieran en el centro cultural de las comunidades. Sin embargo, además de algunas anécdotas tan ridículas como alejadas de la realidad, se recogieron algunas opiniones que ponen en entre dicho la estrategia gubernamental para la cultura.

Según el artículo, en la escuela Miguel Iglesias, de la capital provincial, se recibió, como opinión negativa, la siguiente: “Nada, aquí no se hace nada”, dada por un lugareño.  Mientras, dos profesores informaban que la escuela interactúa con los organismos estatales solamente en actividades por el día de la defensa y de los Comités de Defensa y la Federación de Mujeres Cubanas, “no de manera sistemática, pero sí en fechas históricas importantes, cuando se acerca un acontecimiento trascendental”.

Al preguntar sobre el uso de las computadoras de la institución en función educativa con los vecinos, la respuesta fue. “Tenemos dos, pero priorizamos a los profesores ya que redujeron cerca de 30 Kw del plan de consumo eléctrico de la institución”.

En la escuela rural Omar Sánchez, en el caserío de Mayabe, se repitió la historia. Jóvenes aburridos bajo los árboles argumentaron que se hacen algunas actividades sólo en fechas conmemorativas.

Mientras, en la Diosmedes Silva, jóvenes instructoras se quejaron de la apatía de la comunidad y de la poca logística para desarrollar actividades, por lo cual, en la noche los jóvenes se dedican a “jugar, fumar y cometer indisciplinas sociales”.

Desde otro punto de vista, Berta López, profesora, apuntó que el promotor cultural no ve la escuela como una institución  de la cual debe servirse, y se conforma con realizar eventos por efemérides pero no aprovecha las reuniones de los CDR, la de rendición de cuentas, y no sale a buscar la cultura fuera ni la trae adentro. Según López, otros actores deben tributar a la comunidad.

No quedó fuera la opinión del presidente de la brigada José Martí en el municipio Holguín. Según el joven, en muchos centros no se aplican los acuerdos entre los ministerios de Educación, Cultura y la Unión de Jóvenes Comunistas. “Conocemos  de instructores que tienen que impartir clases en lugar de los maestros ausentes”.

Interesante trabajo el de los periodistas de ¡Ahora!, que aunque no profundizan en los problemas conceptuales de la cultura y la educación comunitaria, tocan un tema sensible en la educación de los cubanos.

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