Mal preparadas las entidades laborales para combatir el dengue

LA HABANA, Cuba.- Durante un encuentro reciente del mandatario Miguel Díaz-Canel Bermúdez con científicos y expertos en temas de la salud se hizo un llamado urgente para combatir el dengue, una enfermedad que va ganando terreno a todo lo largo y ancho de la isla.
Al cierre de julio 30, se reportaba trasmisión de dengue en 11 provincias, 23 municipios y 33 áreas de salud. Algo más de 5 000 personas padecen actualmente la enfermedad, y los territorios más afectados son las provincias de Holguín, Las Tunas, La Habana, Villa Clara, Camagüey, Matanzas, Pinar del Río y el municipio especial de la Isla de la Juventud.
En la citada reunión se hizo énfasis en lo imprescindible que resulta la participación de las administraciones y los colectivos laborales para impedir la proliferación del mosquito Aedes Aegypti, señalado como el agente trasmisor de la enfermedad.
Al parecer, este llamado de alerta de la cúpula del poder castrista tomó desprevenidos a los sindicatos oficialistas, los cuales muestran un alto grado de desmovilización para acometer una tarea de tanta importancia.
Unos días después del encuentro de Díaz-Canel con los expertos, aparecieron declaraciones del mandamás de la oficialista Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Ulises Guilarte de Nacimiento, en las que se reconocen las múltiples deficiencias que exhiben los centros laborales para enfrentar la peligrosa enfermedad.
En primer término, se habló de grandes salideros de agua, enyerbamiento y acumulación de escombros, todo lo cual favorece la existencia del mosquito. Además, existe un número importante de brigadas para el autocontrol focal incompletas, sin capacitación, o sencillamente sin funcionar. Según Guilarte de Nacimiento, esa situación “requiere una actuación más enérgica de la CTC y sus sindicatos a todos los niveles de dirección”.
Estas brigadas para el autocontrol focal la integran trabajadores de los propios centros, a los que se les libera de sus responsabilidades para que atiendan a tiempo completo la batalla contra el mosquito. Y ahora se pone de manifiesto cómo la desidia y la burocracia llevan a la parálisis de una labor que en las condiciones de Cuba debía ser permanente.
Después de sentir sus “orejas haladas” por la jerarquía castrista, el señor Guilarte de Nacimiento ha dado instrucciones para que se reactiven las brigadas de autocontrol focal en cada colectivo. Asimismo, se prevé la celebración de matutinos donde participen los integrantes de las brigadas, y se aproveche la ocasión para estimularlos y reconocer el trabajo que llevan a cabo.
Igualmente, el jefe de la CTC orientó la realización de trabajos voluntarios en los centros laborales que incidan en el saneamiento y la limpieza de esos sitios.
Por supuesto, no podía faltar la recomendación de acudir al médico y no permanecer en los centros laborales ante la existencia de síntomas que indiquen la presencia de la enfermedad. En ese contexto sobresalen declaraciones de autoridades sanitarias, las que anuncian la preparación de 3 436 camas para la hospitalización de pacientes con dengue.
Sin embargo, una cosa es el discurso, y otra bien distinta la realidad. La mayoría de las personas que han padecido la enfermedad atestiguan que fueron al médico en balde, pues no hay medicamentos, y solo te recetan tomar mucha agua y guardar reposo en la casa.
Habría que preguntarle al señor Guilarte de Nacimiento si existen “trabajadores especiales” para los cuales están reservadas las camas hospitalarias destinadas a combatir el dengue.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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