Albert Uderzo: el padre de Astérix y Obélix

LA HABANA, Cuba.- El 24 de marzo del año 2020, en plena pandemia, murió el caricaturista Albert Uderzo, a causa de un infarto no relacionado con la COVID-19, dejando huérfanos a dos personajes entrañables para la cultura francesa y universal: Astérix y su inseparable amigo Obélix.
Nacido y criado en la periferia de París, Uderzo creció de la mano de Mickey Mouse y Popeye. Años más tarde, el valiente marino que obtenía sus fuerzas de las espinacas, serviría de inspiración para inventar la poción mágica que hacía invencibles a los galos.
Todo indicaba que Uderzo sería mecánico, pero su hermano Bruno, viendo lo mucho que le gustaba dibujar y escribir historias, lo convenció de estudiar en la Société Parisienne d’Édition, donde estuvo un año y aprendió los fundamentos del oficio.
En 1951 conoció al también dibujante René Gosciny y juntos crearon al irreverente galo que, en poco tiempo, se convertiría en símbolo de libertad para todos los franceses. El personaje de Astérix estuvo inspirado en Bruno, quien, para escapar al Servicio de Trabajo Obligatorio en la Francia ocupada por los nazis, se había escondido en Bretaña.
Quizás Albert Uderzo murió sin tener una noción real de hasta qué punto esos dos héroes, que personificaron la resistencia a la ocupación de la Galia por el imperio romano, calaron en el corazón de niños y adultos; porque entre cómics, animados, videojuegos y adaptaciones cinematográficas, Astérix y Obélix, junto al druida Panorámix y el simpático Ideafix, llegaron a cada esquina del planeta.
Astérix nació el 29 de octubre de 1959, en el primer número de la revista semanal Pilote. Hasta el año 1977, en que murió Gosciny, ambos produjeron 24 historietas, seguidas por un período de silencio, pues Uberzo se negó a crear nuevas aventuras.
Tiempo después, volvió a ejercer como guionista y dibujante de ocho nuevos álbumes que vendieron 380 millones de ejemplares y fueron traducidos a 111 idiomas, incluido el latín. En 1999, el filme Astérix y Obélix contra César, dirigido por Claude Zidi, se convirtió en la primera adaptación al cine con actores reales, alcanzando un considerable éxito de público y crítica, sobre todo por el casting de actores que incluyó a Gérard Depardieu, Christian Clavier y Roberto Benigni.
Tres años después, apareció la segunda película, Astérix y Obélix: Misión Cleopatra, del realizador Alain Chabat, que contó con nuevos y muy conocidos intérpretes como la italiana Mónica Bellucci y el franco-marroquí Jamel Debbouze. Esta segunda parte de la saga superó el éxito de la anterior, haciéndose merecedora de un Premio César al mejor vestuario.
En el año 2011, Albert Uderzo anunció que no podría seguir dibujando debido al reumatismo articular de su mano derecha. Así, dio paso a los creadores Didier Conrad y el guionista Jean-Yves Ferri, quienes, bajo su supervisión, se hicieron cargo de los famosos galos y sus peripecias.