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EEUU acusa a Rusia, China y Cuba de apoyar “exrégimen” de Maduro

Yleem Poblete, subsecretaria de Estado de EEUU para Control de Armamento. Foto www.geneva.usmission.gov

MIAMI, Estados Unidos.- La subsecretaria de Estado de EEUU para Control de Armamento, Yleem Poblete, acusó este martes a Rusia, China y Cuba de apoyar al “exrégimen” de Nicolás Maduro en la represión de la democracia en Venezuela.

“El exrégimen de Maduro, con ayuda no disimulada de Rusia, China y Cuba, ha usado tácticas de represión contra elementos democráticos y ha intentado acorralar a la Asamblea Nacional, única institución democrática en ese país”, señaló Poblete.

La subsecretaria hizo estas declaraciones en un duro discurso donde también criticó a Irán, Siria y Corea del Norte, con motivo del acceso de Estados Unidos a la presidencia de la Conferencia de Desarme en Ginebra.

“La historia ha demostrado que un régimen que oprime a su pueblo y se salta a la torera el estado de derecho desprecia las leyes internacionales, por lo que esperamos que un representante del presidente legítimo Juan Guaidó pueda asumir la presidencia de turno venezolana de esta Conferencia de Desarme en mayo”, afirmó Poblete.

En su intervención, Poblete señaló que “las acciones agresivas y desacato de Rusia han sacudido la arquitectura de seguridad europea” a través de todo tipo de acciones, como la de “seguir apoyando y defendiendo las tácticas brutales del régimen sirio de Bachar al Asad contra su propio pueblo, incluyendo el uso de armas químicas”.

Pero “el de Damasco no es el único régimen aborrecible que apoya Rusia, también el de Maduro en Venezuela”, añadió la subsecretaria de EEUU, país que el mes pasado suspendió el Tratado de Eliminación de Misiles Nucleares de Mediano y Corto Alcance (INF) que Moscú y Washington mantuvieron en vigor durante 30 años.

Sobre Irán, Poblete señaló la preocupación de EEUU por el programa de desarrollo balístico de un país que “posee el mayor arsenal de misiles de la región y los desarrolla con cada vez mayor exactitud”, algo que en su opinión es “uno de los principales factores de desestabilización de Oriente Medio”.

“Desde Líbano hasta Siria o Yemen, la influencia nociva de Irán está afectando a la región”, aseguró la política norteamericana, quien subrayó que EEUU “se compromete a combatir agresivamente la proliferación balística iraní”.

De China, la subsecretaria de Estado afirmó que “sigue centrada en el dominio regional y en intentar ser cada vez más capaz de ejercer la coerción de los aliados de EEUU para convertirse en una potencia militar que pueda competir a nivel mundial”.

Añadió que el gigante asiático “tiene un comportamiento cada vez más preocupante en el espacio ultraterrestre”, en el que, como Rusia, por un lado aboga por la creación de convenciones internacionales de control de armamento antisatelital pero por el otro desarrolla armas de este tipo.

Poblete incluso citó a un empresario chino, Li Fangwei (también conocido como Karl Lee), sospechoso de ayudar al programa de armamento iraní mientras “China se ha negado a tomar medidas para que de una vez por todas deje de ejercer ese comercio”.

Con Corea del Norte, país con el que EEUU mantiene actualmente un diálogo de desarme al más alto nivel (con dos reuniones en 2018 y 2019 entre el presidente Donald Trump y el mandatario norcoreano Kim Jong-un), Poblete instó a Pyongyang a “abandonar todas sus armas de destrucción masiva”.

EEUU asume la presidencia de una Conferencia de Desarme que no ha conseguido la firma de acuerdos internacionales en esta materia en las dos últimas décadas, lo que ha minado su reputación y ha generado una “parálisis” que en palabras de la delegación norteamericana debe contrarrestarse con voluntad política.

“La influencia y las acciones de regímenes desesperados por aferrarse al poder menoscaban mecanismos como éste, por lo que pedimos a la Conferencia de Desarme que aúne la voluntad necesaria para detener a estos actores malignos y hacer que rindan cuentas”, dijo la subsecretaria.

EFE




¿Por qué preside Cuba la Conferencia de Desarme?

LA HABANA, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – “Asume Cuba la presidencia de la Conferencia de Desarme de la ONU”, fue el titular en primera plana del diario Granma el 24 de agosto, como si se tratara de un gran logro de la diplomacia criolla.  Se citaba “un llamado a preservar y fortalecer el grupo como garante de la paz mundial”,  de Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores, en la sesión inicial. También medios de prensa internacionales reportaban la noticia con palabras de Rodolfo Reyes, diplomático acreditado en Ginebra.

Los desconocedores de los procedimientos de los organismos de Naciones Unidas se impactaron debido al historial guerrerista del gobierno cubano, tan solo con recordar que casi medio siglo atrás, en 1962,  había puesto a la humanidad al borde de la tercera guerra mundial, en ese caso atómica, debido a la llamada Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre, superada gracias al acuerdo de Kennedy y Kruschov  para retirar los cohetes soviéticos que se emplazaban en Cuba.  Sobre todo ha resultado chocante por las reiteradas referencias de Fidel Castro a su desencuentro con el líder de la URSS al pactarlo en contra de su voluntad, y su determinación a disparar alguna cabeza nuclear.  Entonces, el Comandante en Jefe no aceptó una comisión de verificación de la ONU.

Eran momentos cruciales de la Guerra Fría, candentes porque el 13 de agosto de 1961, las autoridades de la República Democrática Alemana, creada en la zona de Alemania ocupada por la Unión Soviética después  de la II Guerra Mundial, habían construido el muro divisorio de Berlín, para impedir la comunicación con Berlín Occidental.  Téngase en cuenta que en ese período coincidió el triunfó de la revolución cubana (1959) y el comienzo de las hostilidades con Estados Unidos, que estuvieron a punto de la guerra directa debido a la invasión de Bahía de Cochinos o Playa Girón en abril de 1961.

De manera que en octubre de 1962 el foco de tensión se trasladó de Europa hacia el territorio norteamericano por la amenaza nuclear soviética desde la isla, sin que siquiera hubiera garantías de que Moscú tenía el control real de las armas atómicas. Con posterioridad, como se conoce,  las autoridades cubanas fomentaron guerrillas y otras acciones bélicas en América Latina, África y el Medio Oriente, fundamentalmente.

La población cubana ha dejado de impresionarse hace tiempo con los rimbombantes  “logros” diplomáticos del gobierno. Pero se desconoce que la presidencia de la Conferencia de Desarme tan solo corresponde a una rotación rutinaria, como ocurre en otros organismos internacionales.  Ese foro único de negociaciones multilaterales acerca del tema se estableció en 1979 como resultado de la Primera Sesión Especial sobre Desarme de la Asamblea General de la ONU, efectuada en 1978. Inicialmente, la CD estuvo integrada por 40 países,  actualmente son 65 y cada año invita a los miembros de la ONU interesados, que no la componen,  a participar en los trabajos como observadores.  Prácticamente se incluyen todos los asuntos de control de armas y desarme.

La conferencia tiene su sede en el Palacio de las Naciones de Ginebra, Suiza, posee sus Reglas de Procedimiento y su propia agenda,  informa anualmente y cuando se requiera a la Asamblea General de la ONU, y sus acuerdos se adoptan por consenso, que  prácticamente significan unanimidad, por lo que alcanzarlos resulta sumamente difícil.

La sesión anual se divide en tres partes de 10, 7 y 7 semanas, respectivamente. Su secretario general es el director general de la Oficina de Naciones Unidas en Ginebra y representante personal del Secretario General de la ONU, pero las sesiones son presididas por sus miembros sobre la base de la rotación según el alfabeto en francés, durante un período de cuatro semanas. De tal suerte, la actual presidencia de Cuba no tiene especial connotación, a no ser por su historial en la materia.

Las incongruencias en los organismos internacionales se aprecian constantemente, y dificultan el avance de temas muy importantes. Muestra de ello es la ejecutoria de la República Democrática Popular de Corea, presidente de la CD en la sesión anterior, que continuó desarrollando sus armas nucleares después de suscribir el Tratado de No Proliferación del cual luego se retiró, y  constituye una amenaza nuclear en el Sudeste Asiático. Esto motivó la paralización de los trabajos de la CD por la protesta de Canadá y otros miembros.

Entre los logros de la Conferencia de Desarme se encuentra la Convención sobre Armas Químicas,  la Convención sobre Armas Biológicas y el Tratado de Prohibición Total de Ensayos Nucleares, pero hay estancamiento en asuntos medulares, como el cese de la carrera armamentista y el desarme nuclear, la prevención de la guerra nuclear y temas afines. Aunque desde la fundación de la Organización de las Naciones Unidas en 1948 se han logrado notables avances, todavía existen grandes peligros y se requerirán  inmensos esfuerzos para lograr un mundo realmente seguro.