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“Entre tanta miseria, ¿quién no ha pasado vergüenzas en este país?

Alimentos, Cuba, Santiago de Cuba

SANTIAGO DE CUBA. – Lo que Enrique Duarte, vecino del municipio Songo La Maya, pensó que sería un alivio terminó siendo una vergonzosa experiencia, dice. Por fin, después de casi tres meses de retraso, llegó la caja de pollo de distribución normada a su bodega, pero esta vez tendría que ser compartida entre tres núcleos (hasta ahora se había compartido entre dos). Él y su vecino se fueron a comprar sin haber encontrado la tercera persona, por ende, se vieron obligados a dividirla allí mismo, en el suelo, para dejar un tercio a otro consumidor.

“Aquello fue lo más bochornoso que he hecho en muchísimo tiempo, pero, entre tanta miseria, ¿quién no ha pasado vergüenzas en este país? Tuvimos que darle golpes a la caja de pollo contra la acera, hasta que logramos desbaratarla. Éramos unos cuantos, en lo mismo, en compañía de un conjunto de perros callejeros. Aquello fue un espectáculo de lo más deprimente que haya vivido”, lamentó el hombre. “Veces anteriores, la comprábamos mi vecino y yo; y como vivimos cerquita, podíamos dividirla con calma, al llegar a la casa, cuando se descongelara”, comentó.

La venta normada de pollo comenzó a raíz de la implementación de la Tarea Ordenamiento, el 1 de enero de 2021, en varias provincias del país. En Santiago de Cuba, por ejemplo, la distribución se lleva a cabo cada tres o cuatro meses. 

Por otra parte, los tamaños y cantidades de pollo varían dependiendo del envase, y el precio oscila entre los 615 y 630 pesos, que, dividido entre tres, tocaría a poco más de 200 pesos por núcleo. La mayoría de los cubanos coincide en que es poco, comparado con los más de 9000 que puede costar una caja de pollo en el mercado informal (la libra de pollo ronda los 280 pesos y una caja puede tener hasta 33). Además, es sabido que, por la grave crisis alimentaria en la Isla, los cubanos no pueden prescindir de ninguna oferta, por ínfima que sea. 

Para Odalis Zamora, de 58 años, la asignación por la bodega es la única posibilidad de comer pollo, porque de otra forma no puede darse “esos lujos”. Sus ingresos mensuales se reducen a una chequera de 2000 pesos que heredó de su difunto marido y, según dijo a CubaNet, ese dinero solo “alcanza para comprar los mandados de la bodega y pagar agua, gas y electricidad. Para nada más”.

“Yo sufro cuando llega fin de mes y no viene el cárnico a la bodega. Incluso, a veces paso a preguntar, pero casi nunca saben cuándo llegará algo. En cuanto llega el pollo, picadillo, mortadela o huevos, voy lo más pronto que puedo, porque suelen agotarse rápido. Me da vergüenza vivir de esta manera, de una cola en otra, contando las onzas, los granos de arroz, pero no tengo de otra”, admitió Zamora.

En los últimos meses se han reportado muchos retrasos en la distribución de la canasta básica, no solo en Santiago de Cuba. Aunque los productos cárnicos siempre habían sido los más inestables, ahora también se han sumado los granos, el café, el azúcar y el aceite. A principios de este mes, por ejemplo, en gran parte de la provincia estaban vendiendo solo dos libras de arroz por consumidor y ninguna de azúcar. En cuanto al aceite, todavía no llega a muchos consumidores. En este escenario, las denuncias, sobre todo en redes sociales, se multiplican.

“Caballero, ¿alguien puede decirme cuándo vendrá el otro arroz que deben (…)? No ha llegado el aceite. No hay arroz ni azúcar”, publicó en Facebook una usuaria santiaguera identificada como La Inolvidable Martines [sic].

Por su parte, la internauta Claudia del Valle cuestionó: “Lo único que está vendiendo el Estado para los cubanos de a pie son los mandados de la bodega, y ya ni eso. Alguien que me diga si es verdad que el aceite ya no va a venir más, porque se termina enero y todavía nada llega [en Mayarí, Holguín]”.

(Captura de pantalla/Facebook)

“Es un hambre en las provincias. En Santa Clara no entra nada; tienen a los ancianos sin qué comer, es triste, lo digo por mis padres. Ellos me dicen que allá no sacan nada. En julio del año pasado dieron media caja de pollo y hasta ahora les vendieron un triste paquete de pollo, pero nada de aceite ni picadillo ni detergente”, aseguró Nereidis Carrazana Fleites.

Asimismo, desde otros poblados y ciudades del país los consumidores han dado a conocer que también han sido reducidas las cuotas de leche para niños de entre dos y siete años, el aceite a un cuarto de libra por persona y el azúcar a dos libras.

A raíz de esta situación, los precios de los productos en cuestión se han disparado en el mercado informal. Ahora un litro de aceite puede llegar a costar 1500 pesos, dependiendo del lugar y la accesibilidad. Un jarro de azúcar parda o morena (cinco libras) 800 y hasta 900 pesos, y un kilo de leche 1000 pesos (al menos en Santiago de Cuba).

Entretanto, el Gobierno cubano solo se ha pronunciado sobre las afectaciones a la distribución de azúcar al sistema de Comercio, que tuvo un déficit de cerca de 600 000 toneladas en el año 2022, según medios oficiales.




Los huevos de Fernando

Monte y Águila- Foto Gladys Linares
Monte y Águila- Foto Gladys Linares

LA HABANA, Cuba.- Algunos “luchadores” han hecho como Fernando, que cuando decidió jubilarse, comenzó a pensar cómo incrementar su pensión sin buscarse problemas, porque estaba cansado de “resolver” para darle de comer a su familia. Un día, al pasar por la tienda agropecuaria de Diez de Octubre y General Lee, vio que estaban vendiendo pollitos recién nacidos, y compró veinte para comenzar su cría. Había encontrado su negocito. Él sabía que el gobierno vende el pienso por la libre a 3 pesos la libra. Además, para él la cría de aves no era nada nuevo, porque de niño, allá en Palmira, Cienfuegos, sus padres tenían un patio de gallinas y con sus hermanos vendían los huevos en la ciudad.

Fernando pensó que así tendría garantizados los huevos para su autoconsumo e incluso podría vender algunos por la calle. Estaba seguro de que no tendría problemas con la Policía, pues tanto los animales como la comida los había comprado al Estado.

Pero, el pobre, olvidó que estaba en Cuba: Hace pocos días andaba por la calle vendiendo huevos cuando un policía lo interceptó. Por mucho que el pobre señor trató de explicar que él no era un revendedor, el oficial se lo llevó para la estación, donde le confiscaron la mercancía y le pusieron una multa. Le dijeron que vender huevos está prohibido para los particulares, que solamente el Estado puede hacerlo.

Fernando ya tiene cuarenta gallinas y una producción de 30 huevos diarios. Y a partir de aquel día, solo vende a escondidas en su casa.

Ocho huevos al mes por persona en 1965. Ahora la cuota bajó a cinco

El 2 de enero de 1965, en uno de sus largos discursos, Fidel Castro dijo: “La gran batalla de los huevos ha sido ganada. De ahora en adelante el pueblo podrá contar con 60 millones de huevos cada mes”. Con esta afirmación demostraba su menosprecio por los cubanos, pues dada la población de entonces esa cantidad en realidad representaba alrededor de 8 huevos al mes por persona.

Ese mismo año, crearía el Instituto de Ciencia Animal (ICA), cuyo objetivo fundamental debía ser la búsqueda de mejores alternativas para la alimentación del ganado vacuno y las aves, objetivo que aún no se ha logrado a los 49 años de creado el Instituto.

El Carrusel, Virgen del Camino, cola para huevos-Foto Gladys Linares
El Carrusel, Virgen del Camino, cola para huevos-Foto Gladys Linares

En realidad, en Cuba antes de 1959, más del 85 % de las fincas se dedicaban a la cría de aves y a la venta de huevos. También era rara la familia campesina que no tuviera una pequeña cría, cuyos huevos constituían un producto de venta rápida. Además, en La Habana, Las Villas y Oriente había grandes centros productores de aves, por lo que la compra de huevos y animales vivos no era un problema para la población. Es a partir de la llegada del gobierno revolucionario, con la intervención de las fincas dedicadas a la cría, cuando comienza la escasez de este alimento.

También, con el objetivo de incrementar la producción avícola, fue creado en 1976 el Instituto de Investigaciones Avícolas. Por cierto, que según informes publicados por éste, en Cuba hay 10 millones de ponedoras, aunque todos nos preguntamos dónde están los huevos. El gobierno vende por la libreta de racionamiento 5 huevos al mes por persona, pues los 5 adicionales que costaban 90 centavos fueron excluidos de la venta regulada. A partir de entonces, los huevos prácticamente han desaparecido, y cuando se venden por la libre su precio es de 1,10 pesos moneda nacional.

Hoy provoca grandes colas la escasez de esta proteína, de gran demanda en la población no solo por su valor nutritivo, sino por ser la más barata que se vende en el país. Y son los ancianos los más afectados. En opinión de muchos, era preferible que les aumentaran 20 centavos en lugar de eliminarlos de la libreta de racionamiento.

Mercado Calle Monte- Foto Gladys Linares
Mercado Calle Monte- Foto Gladys Linares