
LA HABANA, Cuba.- La realidad parece estar dándoles la razón a aquellos que insisten en que los gobernantes cubanos no están preparados para un aflojamiento de las tensiones en sus relaciones con Estados Unidos, y que necesitan de la rivalidad con el vecino norteño para mantener el espíritu de movilización popular.
El capítulo más reciente en el avivamiento de las disputas por parte del castrismo ha sido el programa de verano para jóvenes cubanos, organizado por segundo año consecutivo por la organización no gubernamental estadounidense World Learning. Mediante este programa, un grupo de estudiantes residentes en la isla, con edades comprendidas entre los 16 y 18 años, pasaron un mes de sus vacaciones veraniegas en varios estados de la unión norteamericana. Allí fueron atendidos por familias anfitrionas, y visitaron escuelas y organizaciones comunitarias. Se trata de una labor que la World Leraning desarrolla en más de 140 países.
Sin embargo, al cabo de un mes de haber regresado a la isla los muchachos que participaron en esta segunda edición, se desata la tormenta. Todo comenzó con la publicación en el diario oficialista Juventud Rebelde del artículo “Becas a la caza de señuelos para la subversión”. Este trabajo periodístico recoge declaraciones de Suzannne Santiesteban Puertas, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la que considera que “se trata de otro de los planes estadounidenses para intentar destruir desde adentro la Revolución”.
Después de apuntar que este Programa recibe financiamiento de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), acusada por el castrismo de promover cambios en el sistema social cubano, la dirigente estudiantil aseveró que la estancia de los jóvenes en Estados Unidos tiene el objetivo de “inculcarles los valores de esa sociedad e influir política e ideológicamente en ellos”.
Y después de las declaraciones de la presidenta de la FEEM viene la segunda parte de la ofensiva oficialista: la realización, en todos los centros de las enseñanzas media y universitaria del país, de actos de “reafirmación revolucionaria”, en los cuales el estudiantado se pronuncie contra esta nueva “agresión” del gobierno norteamericano contra Cuba.
Da pena constatar en televisión los rostros confundidos de esos muchachos que han sido convocados por la fuerza a esos mítines de repudio contra los programas de la World Learning. La inmensa mayoría no ha podido conversar con alguno de los participantes en estas becas de verano, y por tanto desconocen el sentido verdadero de estas facilidades otorgadas por la referida organización no gubernamental. Por cierto, en los mítines efectuados en la Universidad de La Habana y en la Ciudad Universitaria José Antonio Echevarría (CUJAE) se vio a los jóvenes “acompañados” por Iroel Sánchez y Enrique Ubieta, dos talibanes ideológicos de la cultura oficialista.
Es muy probable que la estrategia gubernamental para contrarrestar estas becas veraniegas comprenda dos etapas. La primera correspondería a estos mítines de repudio con el objetivo de intimidar a potenciales beneficiarios en años futuros. La segunda etapa debe de estar a cargo de los muchachones de la Seguridad del Estado. Ellos seguramente les seguirán el rastro a los estudiantes que participaron en los programas de la World Learning.