GIJÓN, Espana.-En reciente viaje a China, Nicolás Maduro, Presidente del Gobierno de Venezuela, ha recibido de este país el regalo envenenado de un nuevo crédito para que intente reflotar una barca estatal con el agua al cuello, cuando ya le debe a los chinos 20.000 millones de dólares, y mientras éstos esperan pacientes su hundimiento total para quedarse con ese país a precio de saldo.
Para una economía como la china, que rivaliza con los EE.UU. y Europa, ¿qué significan 5.000 millones de dólares más o menos, que dicen acaba de conceder a Venezuela (aunque sin confirmación oficial), y que ésta abonará con petróleo caribeño?
El fracaso de Maduro al frente del país y su empecinamiento de seguir en el cargo, está sumiendo a la población en el hambre, y ha provocado la salida en desbandada de venezolanos hacia los estados limítrofes, sobre todo Colombia, que hace milagros para darles un mínimo de calidad de vida a esta gente, sabiendo que mañana, cuando caiga Maduro, Venezuela seguirá siendo su mejor cliente. La humillación infringida por un gobierno absolutista, con una Asamblea a la medida de su ambición, en una huida hacia estrellarse con la pared de una realidad que quieren ignorar, pero que todo el mundo conoce.
Los “bolichicos”, nombre creado por el escritor y periodista venezolano Juan Carlos Zapata, son la nueva generación de chavistas, que han hecho fabulosas fortunas y que las han ido invirtiendo en España durante los últimos años. Han adquirido mansiones, terrenos y toda clase de propiedades, según informa el diario “El País”, en un afán de librarse del caos económico que han dejado atrás y poner a buen recaudo su patrimonio.
En España todavía queda algún negocio de hostelería con el nombre de “Caracas”, de cuando la gran emigración española de los siglos XIX y XX hacia América Latina, que dejó patente el potencial económico de estos países. Años después, algunos de estos países se han convertido en estados ruinosos como Venezuela, con una población depauperada, un recorte radical de las libertades, y más de 150 militares detenidos ante el desplome de la paz social y el miedo de Maduro a una revuelta desde las filas del ejército. El propio Secretario de la OEA (Organización de Estados Americanos), el uruguayo Luis Almagro, declaró en la ciudad colombiana de Cúcuta que no “se descarta una solución militar” para Venezuela.
Maduro mendiga ayudas a los próximos a su sistema político, como China, pero éstos han sabido, dentro de su ideario, salir adelante de forma espectacular con un crecimiento muy llamativo que supera a la mayoría de las economías de los países europeos, 250 millones de chinos con gran capacidad de consumo. Un mercado goloso para cualquier exportador, siempre que los principios éticos no sean condicionantes de lo mercantil, ya sabemos el modo de proceder de China en esos asuntos: ejecuciones, represión informativa y falta de libertades cívicas.
El país asiático es casi el único mercado que le queda a Venezuela como salvavidas urgente. Pero hay que ser consciente de que los chinos, como se suele decir, no dan puntada sin hilo. Ya han adquirido equipos de fútbol, inmuebles gigantescos, tiendas urbanas por toda Europa con variado surtido de género, y ahora están a la espera de que Maduro madure para entrar con su paciencia oriental y quedarse con medio país a precio de ganga. ¿La política?, que vengan otros y la arreglen. Aunque hay un punto que tal vez no consideren, y es que los vecinos de Venezuela no le van dejar establecer el mercadillo tan cerca de las grandes multinacionales de los Estados Unidos, y Europa estará al tanto también de ello. Como dice el refrán: “del árbol caído todos hacen leña”.