MIAMI, Estados unidos. — El 26 de marzo de 1959 fueron creadas por el dictador Fidel Castro los llamados Órganos de la Seguridad del Estado cubana, surgidos con la misión de “enfrentar y penetrar las organizaciones contrarrevolucionarias que buscaban el derrocamiento de la Revolución”.
Los Órganos de la Seguridad del Estado de Cuba son un producto de la fusión del Departamento de Investigaciones del Ejército Rebelde (DIER) con el Departamento de Información e Inteligencia de las FAR (DIFAR).
Al finales del propio año 1959, el naciente organismo adoptó la nomenclatura de Departamento de Información G-2 MINFAR. Poco después, el 6 de junio de 1961, el Consejo de Ministros del naciente régimen promulgó la Ley 940 para la creación del MININT, donde se incorporó el G-2 MINFAR con la nomenclatura de Departamento de Seguridad del Estado (DSE), nombre que actualmente posee.
Durante los últimos 64 años la Seguridad del Estado ha sido sostén y brazo represivo del régimen cubano, labor esta última a la que se han sumado varias entidades del llamado Ministerio del Interior (MININT).
Como parte de su campaña propagandística habitual, por décadas el castrismo intentó blindar la reputación de ese organismo resaltando su rol en la protección de la vida del Máximo Líder, Fidel Castro —contra quien, supuestamente, se orquestaron más de 600 planes de atentado—, así como en la salvaguarda de las llamadas “conquistas de la Revolución”.
Pero si en algo ha hecho énfasis la Seguridad del Estado ha sido reprimiendo y controlando a la ciudadanía de la isla, sirviendo de mecanismo de control para cortar de raíz cualquier manifestación disidente al interior de la sociedad.
Ha sido precisamente ese organismo el que en los últimos años ha encabezado la guerra sucia contra la oposición cubano y contra activistas por los derechos humanos, muchos de los cuales han debido abandonar el país debido a las amenazas y la persecución.
Detenciones arbitrarias, secuestros, interrogatorios, amenazas, guerra psicológica, entre otros métodos, han mostrado el verdadero rostro de la Seguridad del Estado, cuyos integrantes no han dudado en ningún momento en reprimir al pueblo cubano en nombre de la cúpula gobernante.