1

Partirlos al medio: la orden de matar está dada

Cuba, gyardafronteras, lancha

LA HABANA, Cuba. – El hundimiento de una lancha rápida donde viajaban alrededor de 20 migrantes cubanos con la intención de alcanzar las costas de Estados Unidos ha estremecido a la comunidad cubana dentro y fuera de la Isla. El vehículo, embestido alevosamente por una embarcación de las Tropas Guardafronteras, se hundió en las aguas territoriales dejando un saldo de ocho muertos, entre ellos una niña de dos años y una mujer embarazada.

La tragedia, que el régimen de Miguel Díaz-Canel se apresuró a calificar de “accidente producto de un intento frustrado de tráfico de personas”, culpando de paso a las víctimas, ha revivido aquel otro capítulo nefasto ocurrido en julio de 1994: el hundimiento del remolcador “13 de marzo”, en el que viajaban 72 personas rumbo a Florida, de las cuales 37 perdieron la vida ―incluidos 10 niños― tras un ataque similar por parte de las Tropas Guardafronteras. 

La similitud entre ambas masacres es escalofriante. Quizás lo único que las diferencia es que las víctimas del remolcador se hundieron en medio de la oscuridad nocturna y el silencio de una ciudadanía ajena a sus propias desgracias, bien ocultadas por el poder. El bloqueo informativo que sufrían los insulares era más recio que nunca, y los únicos medios de comunicación que se hicieron eco de los hechos, tal como se produjeron, fueron los del exilio.

Todavía hoy son muchísimos los cubanos que ignoran lo ocurrido aquella madrugada en que tres polargos embistieron el remolcador hasta sumergirlo. El asesinato de los migrantes de Bahía Honda, en cambio, ya es de dominio público y todas las acusaciones recaen sobre el único culpable, que cree que puede seguir obrando en la era de internet, como lo hacía en los años del oscurantismo postsoviético. 

Otros ocho cubanos muertos que van a la cuenta de Miguel Díaz-Canel. Cubanos jóvenes, inocentes, necesarios, que decidieron abandonar este hervidero de pobreza sin futuro para procurarse una vida digna. 

Partirlos a la mitad fue la orden recibida por las autoridades guardafronteras, un cuerpo uniformado criminal que, lejos de proteger a los migrantes, los asesina con impunidad. También al remolcador “13 de marzo” lo hicieron pedazos mientras ahogaban a los pasajeros, rendidos ya, con chorros de agua a presión, empujándolos por la borda.

La historia se repite con idéntica dosis de terror. Una vez más el Gobierno cubano ha responsabilizado a Estados Unidos, como si el pueblo no supiera ya quiénes perpetraron el crimen. Sus nombres y cargos circulan en redes sociales para ser archivados en espera del día, cada vez más próximo, en que se haga justicia a tantos cubanos ultimados por la dictadura. 

Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +525545038831, también puedes suscribirte a nuestro boletín electrónico dando click aquí.