MIAMI, Estados Unidos. — El 13 de junio de 1970 murió en La Habana el maestro Gonzalo Roig, gloria de la música cubana, autor de la más emblemática de las zarzuelas cubanas: Cecilia Valdés, adaptación escénica de la novela costumbrista de Cirilo Villaverde. También de su autoría es la antológica canción Quiéreme mucho, que escribió para un sainete en un momento de estrechez económica, y luego se escucharía por toda Iberoamérica en las voces de intérpretes como Pedro Vargas, Vicente Fernández, Javier Solís y Plácido Domingo, entre otros.
Natural de Centro Habana, el talentoso compositor y director de orquesta solía inspirarse mientras tocaba el piano. Quienes lo conocieron lo describían como una persona afable, conversadora y jacarandosa; amante de los perros, el ron y los habanos.
Una vez concluida su formación musical, trabajó como violinista de orquestas en algunos teatros, fue pianista de cines y contrabajista de la Orquesta Sinfónica bajo la batuta del maestro Pau Casals.
Roig fue uno de los fundadores de la Orquesta Sinfónica de La Habana, institución que también dirigió. Presidió la Sociedad Cubana de Autores, Compositores y Editores de Música; dirigió las orquestas de las emisoras radiales COCO, CMCK y CMQ. Hasta el final de sus días estuvo al frente de la Banda Nacional de Conciertos y fue miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, España.
Su obra ecuménica, Cecilia Valdés, fue estrenada en marzo de 1932 en el teatro Martí, con el propio Roig a cargo de dirigir la orquesta. Años después, el maestro confesaría que aquella zarzuela consumió todo su tiempo y su energía a lo largo de un mes y varios días. Durante ese lapso vivió entre la casa y el teatro, para que el resultado fuese justo como lo deseó: perdurable.
Si bien Gonzalo Roig protagonizó el florecimiento de la zarzuela junto a otros dos grandes compositores: Ernesto Lecuona y Rodrigo Prats, su Cecilia es la obra cubana más conocida dentro del género, aplaudida en la Isla y fuera de ella, defendida por grandes cantantes, desde la mexicana Elisa Altamirano, que tuvo el honor de encarnar el personaje de Cecilia en la fecha de estreno, hasta la estelar Blanca Varela, Rita Montaner y Alina Sánchez.
Además de zarzuelas, Gonzalo Roig compuso berceuses, boleros, canciones, guajiras, caprichos afrocubanos, claves, cuplés, criollas, criollas-boleros, danzas y danzones, guarachas, habaneras, marchas, popurríes, pregones, puntos guajiros, romanzas, sones-rumbas, tangos, tarantellas, valses, y un largo etcétera.
Era adicto a componer. Todos los ritmos, especialmente los afrocubanos, despertaban su paciente y ordenada creatividad. Su instrumento predilecto era la orquesta, que dominaba hasta en sus más finos y discretos detalles. Sin haber llegado a convertirse en un gran instrumentista, Roig fue un músico en todo el extenso sentido del término.