LA HABANA, Cuba.- La ingestión de bebidas alcohólicas y de sicofármacos son vicios son muy comunes en las prisiones, campamentos y asentamientos penitenciarios de trabajo forzoso. Proveen, por demás, de un negocio que se lleva a cabo día a día, en la amyoría de los casos, por presos con poder financiero.
Un sin números de trabajadores civiles y oficiales del MININT (Ministerio del Interior) han sido sancionados en tribunales por el delito de cohecho y malversación.
Sucesos como estos, a menudo provocan homicidios.
Hay multitud de problemas dentro de las prisiones y campamentos: riñas, hechos de sangre, robo, auto agresiones, evasiones; estas últimas son bien pagadas a los trabajadores civiles y militares del MININT.
La vida en los asentamientos penitenciarios es incomparable a la de las cárceles. Son centros de trabajos o almacenes pertenecientes al MININT. La cantidad de presos que deben de habitar está entre los 15 y 20 de confianza, o aquellos que sobornan al reeducador de la prisión o campamento.
El negocio es diferente en estos lugares. Los presos son privilegiados. Una vez que llegan son libres de hacer los que les apetezca. El suministro de los sicofármacos, el alcohol, y los negocios ilícitos no son controlados. Pueden salir fuera de la zona cada vez que quieren, pedir permiso para ir a sus hogares y otros beneficios siempre y cuando sobornen al guardia y al custodio.
Los reos indefensos que denuncian estas arbitrariedades se ven expuestos a represalias, amenazas, severas golpizas, chantajes, celdas de castigos, y prohibiciones de sus derechos. Los someten a torturas físicas y sicológicas para hacerlos callar.
Los internos que no se dejan doblegar continúan informando a la prensa independiente, es su único medio de defensa.
Cuando los castigos no los doblegan, les quitan las visitas familiares, y luego son trasladados a otras prisiones, algunas a más de 200 kilómetros de sus familias.
Otros métodos que utilizan los militares es azuzar presos para que los agredan, o acusarlos de delitos no cometidos.
Los jefes de la Dirección de Prisiones, Campamentos y Asentamiento de trabajo forzoso, dentro y fuera de ellas, no son capaces de controlar este medio colmado de corruptos. Algo anda mal cuando hay tanta corrupción.
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