LA HABANA, Cuba.- Una representación de los más talentosos cineastas cubanos se hizo presente ayer en el centro cultural Fresa y Chocolate, ubicado en la avenida 23 de la capital cubana, para, a manera de asamblea, discutir temas que vienen frenando el buen desenvolvimiento del cine en la mayor de las Antillas y la libertad de los cineastas de crear sin miedos. La creación de una Ley de Cine y la expulsión y censura de Juan Carlos Cremata Malberti a causa de su más reciente obra “El rey se muere” fueron los dos puntos del día.
“Debemos continuar defendiendo al ICAIC como un espacio para el debate de las ideas más complejas, abierto a la pluralidad de criterios. Aunque nadie puede perder de vista que los que aquí representamos a la institución, ustedes incluidos, estamos para defender por encima de todo la cultura cubana y la propia revolución”, declaró Roberto Smith de Castro, director del Instituto Cubano del Arte e Industrias Cinematográficos (ICAIC) en la inauguración de un evento que prometía ser crítico.
Tres textos fueron leídos en el encuentro, el primero a cargo del director y crítico de cine Enrique Colina, el cual ya ha sido publicado por diversos medios y donde expresa su desacuerdo con las medidas tomadas en contra de Cremata. Le siguió el texto de Juan Antonio García Borrero donde hacía un análisis de la autocensura institucional y por último un trabajo del joven crítico de arte Jean Luis Reyes.
“No quiero ser profundo, quiero ser sincero”, comentó el director de cine Fernando Pérez tras haber escuchado los textos. “Los actos de censura que se han vivido en nuestra historia no le han hecho bien a nadie”, expresó el también ganador del premio Goya al mejor filme extranjero, por “La Vida es silbar” realizada en el año 2000.
A Fernando le siguieron una serie de intervenciones de profesionales allí presentes que coincidieron en resaltar los daños que personas como Rolando Alfonso Borges, más conocido como Alfonsito, jefe del Departamento Ideológico del Partido Comunista (PCC) y principal censor de los medios oficiales, han causado a la cultura y los artistas cubanos.
Cerca del final del evento, se proponía votar por la redacción de un documento en contra de las arbitrarias medidas aplicadas a Cremata, cuando una situación interrumpió de momento lo que allí ocurría.
El presidente del ICAIC, Roberto Smith de Castro, acompañado de agentes de la Seguridad del Estado, intentó sacar de la sala al opositor Eliécer Ávila, líder del proyecto Somos+, quien se encontraba presente y había permanecido en silencio en todo momento.
En la sala se encontraban estudiantes de cine, jóvenes realizadores, periodistas oficiales e independientes. En un acto de solidaridad, la mayoría de los allí presentes, incluyendo al propio Juan Carlos Cremata, expresó su desacuerdo con la actitud de Smith y la Seguridad del Estado y consiguió que Eliecer Ávila no fuese finalmente retirado del recinto.