LA HABANA, Cuba, 14 de junio (Yaremis Flores, 173.203.82.38) – El actor y humorista cubano Rigoberto Ferrera perdió una demanda interpuesta desde el 27 de marzo de 2009 por su ex esposa y actriz, Maydolis Gómez González, ante la Sala de lo Civil del Tribunal Municipal de Centro Habana.
Una jueza del propio juzgado, quien pidió el anonimato, adelantó a esta reportera que el tribunal decidió a favor de la demandante Gómez González, la cual solicitó la custodia de Diego Orlando, hijo menor que tiene en común con el actor, así como el pago de una cuota mensual de 100 cuc (aproximadamente 2, 500 pesos en moneda nacional) en concepto de pensión alimenticia.
Según personal auxiliar de la instancia de justicia, el actor, quien llegó recientemente de una gira por Estados Unidos, dijo que pagaría si le rebajaban la pensión a la mitad. La Sala de Justicia ordenó, en caso de ratificar su fallo, proceder al embargo de salario y bienes de Ferrera.
Ambos procesos, ventilados en un solo expediente, reflejaron las discrepancias entre las partes. Según la fuente, quien tuvo a su vista la sentencia, la demandante alegó que desde el divorcio en 2009, cuando el niño apenas contaba los 2 años y 2 meses de edad, hasta la fecha, el actor no le ha pasado la manutención.
Sin embargo, acorde a la sentencia, se demostró que los ingresos mensuales del señor Ferrera ascienden a 400 cuc (10,000 pesos en moneda nacional).No obstante, según la ley cubana, el demandado deberá pagar solo la deuda correspondiente a los tres últimos meses, y no por cada mes que el menor no recibió la pensión.
Maydolis Gómez, actriz de teatro y cine, ha participado en películas como “Culpar a los astros” (2002) y la telenovela “Las huérfanas de la Obra Pía”. Compartió elenco junto a su ex esposo Ferrera en “Club de los Perdedores” (2003).
Rigoberto Ferrera es un destacado actor, egresado de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte. Ha sido premiado por sus actuaciones, en casi todas las salas de teatro del país. Su carisma le permite establecer una empatía con el público. Las carencias cotiadianas que atormentan al cubano, están presentes en cada una sus actuaciones.