LA HABANA, Cuba.- La historia de la telefonía en Cuba tuvo sus inicios hacia 1835, cuando el verdadero inventor del teléfono, el italiano Antonio Meucci, emigró con su esposa a La Habana, donde permanecieron durante quince años. En la capital cubana Meucci realizó todos los experimentos que a la postre lo conducirían a inventar el servicio telefónico, hallazgo que por más de un siglo fue atribuido al físico británico Alexander Graham Bell, hasta que en el año 2002 el Congreso de Estados Unidos reconoció a Antonio Meucci como su verdadero creador.
El italiano construyó un primer prototipo en 1855, y cinco años después demostró e hizo público su invento. En 1871 presentó un segundo modelo, perfeccionado, pero de ahí en lo adelante tuvo enormes dificultades para registrarlo y sufragar la patente.
Graham Bell, en cambio, sí logró patentar un artefacto de transmisión de voz en 1876, y dos años después, dos de sus prototipos se pusieron a prueba en La Habana. Así, la primera llamada telefónica en idioma español ocurrió en la capital cubana, específicamente desde un Cuartel de Bomberos en la Habana Vieja.
El 2 de julio de 1881 fue levantada el acta oficial en virtud de la primera subasta pública de la red telefónica interior en La Habana. El beneficiario fue Vesey F. Butler, residente en la calle Mercaderes de la Habana Vieja, quien representaba los intereses de la compañía estadounidense Edison Telephone Exchange en Cuba.
Para diciembre de ese mismo año, la red contaba con una extensión de treinta y tres kilómetros, con 78 estaciones instaladas, una cifra superior al acuerdo inicial, que era de cincuenta. Para enero y febrero de 1882 funcionaban de manera regular, o a modo de prueba, varias líneas del servicio telefónico de La Habana. Cuando se llevó a cabo la inauguración oficial, el 6 de marzo, ya contaba con más de 350 suscriptores.