LA PAZ, Bolivia.- El dictador libio Muamar el Gadafi, el líder sudafricano Nelson Mandela y el escritor colombiano Gabriel García Márquez “compartieron” ayer mesa en el banquete ofrecido por la Cancillería boliviana en el altar que instaló en su sede en La Paz para recordar el Día de los Difuntos.
La tradicional mesa de culto a las almas estuvo repleta de frutas, refrescos, panes, dulces, bizcochos, guiso de arvejas, galletas de harina de maíz conocidas como “maicillos”, “pasankallas” (maíz inflado a base de calor y cubierto en azúcar) y cañas de azúcar, además de abundantes flores y velas.
Junto a estos elementos, como en años anteriores, no faltaron en el altar gubernamental fotografías de los políticos fallecidos que eran aliados del presidente Evo Morales, incluidos Gadafi, el venezolano Hugo Chávez y el argentino Néstor Kirchner.
También se incluyeron fotografías de García Márquez, Mandela, el guerrillero argentino-cubano Ernesto Che Guevara y del líder negro estadounidense Martin Luther King.
Además, se colocaron imágenes de los líderes criollos e indígenas de las revueltas contra la colonia española y de otras personalidades cercanas a Morales, como el presidente de la petrolera estatal YPFB Carlos Villegas, fallecido en enero, y la senadora y exdefensora del Pueblo Ana María Romero.
El director de Planificación de la Cancillería, Javier Zárate, señaló en su discurso que en la cosmovisión andina “la muerte es complemento de la vida y por eso no le debemos tener miedo”.
“Hoy recordamos a todos los hermanos que trascendieron de esta existencia (…) Recordamos a nuestros antepasados con alegría, felicidad y con música les damos la bienvenida para compartir en esta fiesta del Wiñay Pacha (reencuentro con los ancestros)”, dijo.
En Bolivia se tiene la creencia de que a mediodía del 1 de noviembre las almas de los difuntos descienden desde los cielos para comer y beber lo que en vida les gustaba, y por ello, se montan estos altares con comida, panes y bebidas.