VILLA CLARA, Cuba.- Al menos medio centenar de choferes de motonetas, el principal medio de transporte privado en la ciudad de Santa Clara, han paralizado sus servicios en esa localidad luego de que el Gobierno anunciara medidas que afectan al sector.
En concreto, las autoridades plantearon una nueva normativa que obliga a los transportistas a reducir el número de pasajeros que montan en sus vehículos, manteniendo, no obstante, los impuestos a esos privados.
Los choferes de motonetas decidieron que, ante la nueva exigencia oficialista, no iban a subir el precio del pasaje con tal de no tener pérdidas. A diferencia de ello, se han planteado detener el servicio.
Unos 50 motoneteros estacionaron sus equipos en la piquera de la calle Buen Viaje, pero no prestaron servicio.
“Nosotros sí queremos trabajar pero la cuenta no nos da. Al renovar las ‘licencias operativas’, el Ministerio de Transporte en la provincia nos disminuyó la capacidad de pasajeros. Pero no fueron parejos, a unos sí (les quitaron) y a otros no. Queremos que sea parejo porque nuestras motonetas son similares”, expresó uno de los transportistas, que se identificó como “El Chino”.
En el lugar se presentó el Alberto López Díaz, presidente de la Asamblea Provincial, y tras varias llamadas telefónicas dijo a los motoneros que se reuniría con ellos a las 4:00 p.m. en la sede gubernamental. También hizo presencia el Teniente Coronel Francisco Darias, Delegado del Miisterio del Interior en la capital provincial, así como otros funcionarios gubernamentales y partidistas.
En Cuba no existe el derecho de huelga, por lo que la masividad del hecho ocurrido en la provincia del centro de Cuba es poco común.
Este lunes, medio millar de personas se concentraba en la mencionada piquera de Santa Clara exigiendo una solución. El malestar popular no había desembocado hasta el momento en ningún conato de violencia o represión policial.
“Esto está en candela, el tren de la universidad no salió, no hay guaguas y las motonetas no salen”, expresó el estudiante universitario Yosvany García.
Tras dos horas sin transporte privado ni estatal, rumbo la Universidad llegaron unos 30 ómnibus que comenzaron a trasladar al personal aglomerado.
“¿Tú ves que sí hay guaguas? ¿Cómo ahora aparecieron tantas y juntas? A esta gente lo que hay es que ponerle la cosa mala para que suelten la mano”, expresó un señor quien dijo ser padre de uno de los motoneros.
“Nosotros no queremos subir el precio del pasaje, sabemos que nuestros clientes en su mayoría, son estudiantes. Queremos que nos permitan montar ocho pasajeros como antes de renovar las licencias operativas”, dijo otro transportista que quiso ser identificado solamente como Carlos y que lleva una década en el negocio.
“Con menos capacidad y cobrando a cinco pesos no podemos trabajar, la gasolina cuesta entre 20 y 30 pesos el litro (unos 0,80 a 1,20 dólares). La cuenta no da”, añadió.
La acumulación de pasajeros y el creciente malestar provocó que el gobierno local desviara ómnibus para suplir la falta repentina de transporte.
Actualmente, las leyes cubanas apuntan hacia un mayor control sobre los transportistas privados. La política ya ha provocado que en la capital nacional los ‘boteros’ (choferes de taxis privados, fundamentalmente viejos autos de fabricación estadounidense) hayan sido obligados a reducir drásticamente sus tarifas de viaje, una medida que al final ha provocado el aumento de la escasez de automóviles y el exceso de pasaje en las calles.
La crisis del combustible en Cuba, cuyo principal proveedor es la convulsa Venezuela, ha provocado a su vez una disminución del transporte público.