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Junio 11, 2004 La seña, el primo y la canción del año Víctor Manuel Domínguez, Lux Info Press LA HABANA, junio (www.cubanet.org) - La puesta en escena de la doble moral en el sector artístico cubano, así como la exteriorización y el desmontaje de temas y supuestas costumbres consideradas raigales en el ámbito cultural de la nación son causas de reflexión y motivo de risa en la peña humorística que cada lunes ofrece La seña del humor en el capitalino Teatro Mella. El espectáculo, adentrándose en las zonas ocultas, las manipulaciones y los estereotipos de solistas y agrupaciones consideradas paradigmáticas por su popularidad, sirve de soporte lúdico para el acercamiento a una realidad sustentada en las apariencias, y donde el camuflaje temático y la inversión de los valores que priman en la actualidad ocultan las verdaderas intenciones de los creadores. Los integrantes de La seña del humor, con un bien ganado prestigio por su profesionalidad en el desenvolvimiento escénico e incursiones desacralizadoras de la imagen pública de figuras, acontecimientos y razones del devenir cotidiano del país, abordan a través de la parodia musical, el sketch y otras modalidades del humor una serie de situaciones que, como el burocratismo, la insensibilidad, la doble moral, el falso talento y la desigualdad de opciones, sobreviven en una sociedad cerrada a cualquier tipo de crítica que ponga en tela de juicio sus valores, a no ser mediante el humorismo, y esto con bien marcados límites. Las constantes alusiones de los humoristas a su posible desaparición por abordar determinados temas no es un juego de luces para deslumbrar al respetable, sino un arma defensiva ante cualquier medida oficial que se les puede aplicar por el atrevimiento. Las carcajadas, los comentarios cómplices del público que desbordó este lunes el teatro Mella, así como los intercambios de opiniones al abandonar la sala avalan este criterio y constituyen una muestra de la necesidad de hacer catarsis a través de la risa que provoca un chiste bien elaborado, una escenificación que denota entrega, dominio del canto, la gestualidad y otros atributos que llegan desde el escenario como una seña de que al menos el humor, en Cuba, goza de buena salud. Por otra parte, el desdoblamiento en escena de una figura joven como El primo de Guisa -en comparación con su anodina muestra de cada sábado por la televisión nacional- nos revela que la única fuente para el verdadero humor, mientras perdure la censura, se encuentra en los teatros. Con un diseño de personaje ajustado al campesino típico que lucha y despierta en la capital por la subsistencia y la realización personal, el primo saca a escena, en una convincente actuación, un tema que, como los textos de las canciones de moda, anda de boca por todos los sectores de la sociedad. El callejero, un tema del grupo Moneda Dura, es calificado por el humorista como La canción del año, no por su reconocida popularidad y amplia difusión en los medios del país, sino por la tergiversación de un sentir generalizado que parte, en primera instancia, de los mismos que la crearon. Eso de que "yo no quiero tu dinero, no quiero que me lleve a Varadero, no quiero ir al extranjero, porque yo no soy un callejero", como dice en su estribillo la canción de marras, en referencia a una extranjera que llegó a Cuba a buscar sexo barato, no se lo cree ni la madre de los tomates, y mucho menos cuando viene de una agrupación que no tuvo ni la decencia o el pudor -según el actor- de ponerse Moneda Nacional. En un país donde todos -hasta el gobierno- necesitan dólares para sobrevivir, y la ciudadanía sueña con viajar al extranjero, resulta hilarante que un grupo musical, integrado por jóvenes, rechace esta posibilidad anhelada por el que más diga ser revolucionario entre los cubanos. Este y otros tópicos sobre la hipocresía, el arribismo, los problemas habitacionales, las ilegalidades, la educación, los valores éticos, redondean un amplio abanico de situaciones que llevadas a escena con profesionalismo y abundante humor no sólo nos permiten reflexionar, sino también reírnos hasta de nuestras desgracias con La seña, el primo y la canción del año. LUX INFO-PRESS CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo, siempre que se le reconozca como fuente. |
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