Marzo 11, 2002
Liberado sindicalista independiente después de recibir trato
inhumano
LA HABANA, 10 de marzo (Aleida Godínez Soler, Lux InfoPress) - El
sindicalista y periodista independiente Luis Torres Cardosa, que estuvo detenido
después que trató de cubrir un desalojo en Guantánamo,
informó que cuando lo pusieron en libertad, lo abandonaron a nueve kilómetros
de su casa.
Señaló también Torres Cardosa que en el registro
practicado a su vivienda sólo pudieron encontrar siete ejemplares de la
Declaración Universal de Derechos Humanos, que fueron decomisados. Ningún
vecino del sindicalista quiso servirle de testigo a la policía, cuyos
agentes tuvieron que recurrir al Comité de Defensa de la Revolución
de otra cuadra para que los asistieran en sus pretensiones.
En cuanto a su amarga experiencia durante los días que permaneció
detenido, Torres Cardosa relató que el oficial de la Seguridad Orelvis
Frometa Velázquez, que lo detuvo, lo llevó al Departamento de
Operaciones Policiales, donde le quitaron todas sus ropas y lo encerraron en una
celda pestilente y oscura conocida como celdas tapiadas, donde había
muchas cucarachas, mosquitos y un calor insoportable.
"Fui interrogado por un oficial que dijo llamarse Reyes, quien es una
persona muy despreciable por su forma despectiva y abusadora, el cual llegó
a decirme que lo que teníamos que hacer, si queríamos el poder,
era alzarnos o si no que me fuera del país, agregó el
sindicalista. "Yo consideré sus palabras como un provocación
y le pedí que se levantara un acta o un expediente por incitación
a la violencia"
Según expresó Torres Cardosa, existe una oficina para
interrogatorios donde el detenido queda sentado en una butaca de hierro a
escasos centímetros de un equipo de aire acondicionado. La butaca está
fijada al piso para que nadie pueda moverla, y el aire acondicionado choca
contra la espalda del interrogado, el cual generalmente es llevado allí
después de salir de una celda con más de 35 grados centígrados"
Relata Torres que le preguntó al oficial Reyes el por qué de
esa butaca en un cuarto tan frío, y que le señaló que eso
era un trato cruel e inhumano, y la respuesta del oficial fue que él no
había diseñado nada ahí, y le cambió la conversación
expresándole que había cometido un delito al interferir en el
desalojo de esa familia el pasado 5 de febrero, que eso era un delito y debía
recibir una sanción.
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