Diciembre 17, 2001
Jornadas sin sentido
Víctor M. Domínguez, Lux Info Press
LA HABANA, diciembre (www.cubanet.org) - En Cuba se pretenden resolver los
problemas a base de jornadas. Pero ya sean éstas contra el tabaquismo,
contra el ALCA, contra el deterioro de la capa de ozono, o a favor de la
recogida de materias primas, del alto al fuego en Irlanda del Norte o del
programa alimentario en la isla, todas ellas siempre culminan en fracasos.
Esta realidad, latente en un mecanismo que tiene más de propagandístico
que de objetivo, se pudo observar en la recién finalizada Jornada
Nacional de Seguridad, Salud y Medio Ambiente Laboral desarrollada durante el
mes de noviembre en todo el país, y extendida por el resto del año
en curso.
Supuestas valoraciones sobre la seguridad lastrada por la falta de
implementos de protección para el obrero, las obsoletas maquinarias y
otros equipos de trabajo, así como por la deteriorada e insuficiente
infraestructura que hay en la mayoría de las instalaciones laborales,
devalúan tanto las posibilidades de una adecuada protección física
del trabajador, como la calidad del medio ambiente donde se desempeña.
Por otra parte, la pretensión de que las enfermedades profesionales
no se incrementen y de que los accidentes de trabajo bajen su nivel de gravedad,
pasan por un estadio donde no basta con declaraciones sobre el deseo de resolver
estos problemas, sino que se precisa de acciones prácticas para
solucionarlos.
Estas problemáticas en el sector laboral fueron reseñadas en
el semanario Trabajadores de modo superficial, porque no se ahonda en el asunto
ni se proponen los mecanismos necesarios para revertir los bajos niveles de
seguridad, salud y medio ambiente de los trabajadores y de su entorno.
Propuestas gastadas, como el chequeo sistemático a las áreas
protegidas, el llamado a elevar el papel del inspector social y a lograr que en
cada puesto el trabajador esté instruido por su jefe acerca de las
regulaciones para protegerse, resultan ineficaces cuando no se cuenta con los
recursos de protección requeridos.
Basta con mirar el deterioro progresivo de las fábricas, carentes de
equipamiento, de condiciones laborales adecuadas y hasta de especialistas en
protección física o, en su defecto, de personal calificado.
Es suficiente observar cómo desempeñan sus labores miles de
trabajadores de la construcción o la agricultura, entre otros, para
comprender la despreocupación o falta de recursos que impiden alcanzar un
nivel sostenible en el cuidado de la salud de los trabajadores cubanos.
Que un constructor cuelgue de un andamio sin ninguna protección o que
trabajadores agrícolas realicen labores de chapea o de limpieza sin
guantes y descalzos, es la parte visible de un problema inherente al sistema que
no se resolverá con jornadas de propaganda ni con visitas o inspecciones
sorpresivas al lugar de trabajo.
Se precisa de voluntad política para efectuar la apertura real que
oxigene la vida del trabajador fuera del control absoluto de la pro
gubernamental Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Es necesario que cada
obrero tenga sus derechos garantizados para que, por su cuenta y mediante el
apoyo de un sindicato libre de ideologías, canalice sus necesidades más
allá de las pintadas eufemísticamente por los directivos de la CTC
en contubernio con los funcionarios del gobierno.
Y entonces, sólo entonces, tendrán algún sentido las
jornadas a favor de la protección, la salud y el medio ambiente del
trabajador.
CubaNet no reclama exclusividad de sus
colaboradores y autoriza la reproducción de este material informativo,
siempre que se le reconozca como fuente.
|